Jimmy Butler lleva las Finales del Este al Game 7

Reducir el resultado de todo un partido a la actuación de un solo jugador suele ser en muchas ocasiones una distorsión de la realidad. No es el caso. Jimmy Butler se encargó esta madrugada de salvar el match-ball de los Heat y de forzar el séptimo partido de las Finales del Este tras liderar la victoria de los suyos en el TD Garden por 103-111, firmando una actuación para el recuerdo prácticamente de principio a fin.

Después de tres encuentros en los que, afectado por las molestias físicas, había estado muy lejos de su mejor versión, el alero declaró en rueda de prensa que no había excusa para su rendimiento y que tenía que ser mejor en el Game 6. Y si algo se vio desde el primer minuto, fue un irrefrenable deseo de ser fiel a su palabra. Butler arrancó el choque asumiendo protagonismo, buscando el balón y siendo agresivo para poner a los suyos al frente, dejando unas buenas sensaciones que ya no desaparecieron hasta el final.

Una vez tras otra, Jimmy encontró respuesta para cada intento de los Celtics de hacerse con el control del partido, y a base de infinitos jarros de agua fría a la grada del Garden acabó llegando a los 47 puntos en una actuación que no tardará en ser comparada con aquel legendario Game 6 de LeBron James en las mismas circunstancias y en el mismo escenario. Butler, que redondeó su noche con 9 rebotes, 8 asistencias y 4 robos, regaló a los Heat una masterclass de supervivencia tirando de todos sus recursos ofensivos y castigando tanto desde sus penetraciones como desde la media distancia y el triple. Ni siquiera la excelente defensa local, que le forzó a realizar lanzamientos complejísimos, pudo suponerle un obstáculo, pues se encargó de anotar un puñado de canastas imposibles entre las que destacó el tiro que puso el 101-107 a falta de 43 segundos y dejó el duelo visto para sentencia.

También se resarció de sus recientes malas actuaciones Kyle Lowry, que con 18 tantos y 10 asistencias fue el mejor escudero de Jimmy y brilló por fin en el momento en que los de Spoelstra más lo necesitaban. Aun con unos datos de acierto pobres (5/14 en tiro), el base se encargó de marcar el ritmo del partido impulsando las transiciones de los suyos, ser un absoluto incordio en defensa metiendo manos y buscando faltas en ataque, y de anotar un triple fundamental en el último cuarto justo cuando Boston se había hecho con la delantera. Algo similar ocurrió con Max Strus, que llevaba varios choques completamente desacertado pero que recuperó el acierto para ejercer de desatascador en varias posesiones vitales y, con 13 puntos, ser el tercer anotador visitante.

No obstante, tan importante como el acierto ofensivo fue la agresividad defensiva de Miami, que desarboló el ataque local en muchos tramos y forzó a los de Udoka a buscar un exceso de 1vs1 improductivo. Una de las víctimas de esta situación fue Jayson Tatum, que pese a firmar un excelente partido y llegar a los 30 tantos con un 75% de acierto, acabó viéndose completamente cerrado por las ayudas visitantes en el tramo final del duelo, en el que apenas fue capaz de sumar o de generar para sus compañeros. El alero terminó de hecho con 7 pérdidas de balón, 4 de las cuales llegaron en el cuarto parcial.

Jaylen Brown parecía destinado a acompañarle en una gran noche tras irse con 18 puntos al descanso, pero lo cierto es que el escolta acabó jugando una segunda mitad muy pobre en la que cometió varios errores cruciales como los dos tiros libres que falló con el marcador igualado a falta de dos minutos. Su lugar como escudero de Tatum lo ocupó Derrick White, quien logró 18 de sus 22 tantos en la segunda parte y ayudó a los locales a resistir el arreón de Miami en el tercer cuarto, en el que amenazaron con romper el partido al colocarse 13 arriba.

Boston llegó a recuperar esa ventaja e incluso a ponerse por delante, pero el parcial de 6-17 con el que se cerró el choque impidió a los Celtics llegar con opciones a los últimos segundos. La determinación de Butler y el sacrificio del equipo en defensa personificado en P.J. Tucker valieron a los de Spoelstra un día más de vida, así como la oportunidad de disputarse en casa el pase a unas Finales de la NBA. El domingo, ambos volverán a verse las caras y el Este tendrán campeón, y, con suerte para los espectadores, ocurrirá tras una batalla como la de hoy.

(Fotografía de portada: Maddie Meyer/Getty Images)


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