El jugador en el que puede convertirse Joel Embiid sugiere algo irrepetible. Un dominador de la competición, una criatura ávida de logros cada año, un MVP potencial es lo que tienen en Philadelphia. Aunque solo haya disputado 31 partidos en tres temporadas, bien conocen en 76ers su ilimitado potencial; por ello extendieron su contrato con el máximo permitido para un jugador de su experiencia —148 millones en cinco años—.
A tanto puede llegar el rendimiento del gigante (2,13 metros) levantado en Kansas que hay quien desliza que puede llegar a tener «oportunidad» de ser «el mejor de siempre» en la competición. Formulación altamente osada y explosiva dadas las circunstancias de edad, historial médico y camino que le queda por recorrer a Embiid. Fue un compañero suyo, el escolta Justin Anderson, quien se lanzó a la piscina con semejante enunciado.
«Lo que más admiro de él es su mentalidad. Su mentalidad y forma de pensar son diferentes a la mayoría de jugadores. Creo que tiene una oportunidad de ser el mejor de siempre por su mentalidad. Su mentalidad dice que si quiere hacer algo, lo acabará haciendo», declaró Justin Anderson en una entrevista exclusiva para el portal Hoopshype.
Mirando a la historia
Embiid pinta a jugador inolvidable, aunque situarlo como «el mejor» es elevar demasiado el trazo. Hablando solo de centers, Kareem Abdul-Jabbar (otros tiempos, sí) ya había conseguido promediar más de 31 puntos a la edad de 23 años, la que ahora mismo cuenta Embiid.
Hakeem Olajuwon también había logrado ser dominante a tan corta edad, con más de 23 puntos y casi 12 rebotes en su segundo año en Houston. Shaquille O’Neal veía ya cuarto año en la NBA (debutó con 20 año) cuando la misma edad actual de Embiid le llevó a casi 27 puntos y 11 rebotes con Orlando Magic; la bestia que ser haría hasta con cuatro anillos había despertado. Y por acotar la comparación a otro pívot dominante de la era moderna, David Robinson debutó en la liga tarde, con 24 años, pero ya en su primer año logró disparar su impacto hasta el espacio: más de 24 puntos y 12 rebotes por partido.
Todos ellos —y solo hemos reparado en grandes de la posición de centers de últimas décadas— iniciaron su carrera a un nivel estadístico superior al de Embiid (20,2 tantos, 7,8 rebotes y 2,5 tapones).
Monstruos que emergen cada ciertos años, pero la historia evidencia que a día de hoy, Embiid no está en carrera de ser el mejor entre ellos. Sí es parte de esa clasificación de novatos cuyo primer impacto en la liga fue histórico, altísimo voltaje. Nada mal para solo llevar 31 encuentros como profesional.