La temporada de John Wall, más allá de los resultados del equipo, está levantando admiración. El base de Washington Wizards se ha sobrepuesto a la prolongada baja de su principal socio, Bradley Beal, echándose sobre sus hombros una responsabilidad que le ha llevado a hacer muchas más cosas de las que se le exigían en verano.
Para entender ese mayor peso que tiene en el juego de los capitolinos, no hay más que echar un vistazo a las veces que toca el balón por partido, las cuales se cuentan por 98,4; cifra que marca el tope de la NBA y que supera con creces la de otros jugadores como Chris Paul (85,6), Stephen Curry (84,8) o James Harden (83,1).
El mayor logro de Wall es conseguir que esa manera de abarcar la bola no suponga ralentización alguna del juego, ya que tiene el balón en sus manos una media de 4,19 segundos por posesión; es decir, es el 46º jugador que más aguanta la pelota sin dársela a un compañero. Toca muchos balones pero los comparte.
Como es lógico, el hecho de verse involucrado casi en la totalidad del juego de su equipo tiene igualmente una contraprestación negativa, ya que ha visto como su número de pérdidas se ha incrementado hasta las 4,5 por partido.
Wittman quiere correr
Cuestionado por los balones perdidos por su base en los últimos partidos, Randy Wittman tiene claro que no es su culpa en tanto que es el equipo el que debe acompañarle en su ritmo. “No estuvimos realmente comprometidos a la hora de correr. Y si no lo estás acabas viéndote obligado a trotar sobre la cancha lo que evita que encuentres buenas posiciones”, sentencia.