A las puertas de su tercera temporada en la NBA, la carrera de Jonathan Kuminga entra en una fase determinante. El alero ha mostrado hasta ahora señales de gran potencial, pero en un equipo aspirante al anillo no ha podido contar con las oportunidades o el tiempo de desarrollo del que sí disponen otros jóvenes, lo que le obliga a ganarse dichos minutos en un entorno mucho más competitivo. Pero en esta pretemporada, parece estar respondiendo.
Kuminga cerró el choque de la pasada madrugada ante los Kings con 28 puntos, dando continuidad a las grandes sensaciones de los dos duelos anteriores. Con 26 tantos por partido, nadie promedia una mayor anotación que el alero en los partidos de preparación, algo que además está logrando con una notable mejora en el tiro exterior, en el que nunca se había predicado demasiado. Si bien la muestra es muy pequeña como para sacar conclusiones, Jonathan está firmando un 8/17 desde el perímetro en la pretemporada (pese al 1/4 de anoche), lanzando no solo con una gran eficiencia (47,1%) sino con mucha más frecuencia de lo que era habitual (5,7 triples intentados por partido).
«Me siento con mucha confianza» afirmó. «Todavía me acuerdo de cuando el año pasado los Lakers se dedicaban a flotarme y a dejarme tirar, pero en esta liga hay que aprender a ser paciente porque todo puede cambiar. Pueden pasar muchas cosas. Solo se necesita tiempo y trabajo diario».
Estos números no necesariamente se van a trasladar a la temporada regular, en la que sus minutos y su rol ofensivo se reducirán, pero sin duda es una gran noticia para los Warriors ver emerger esta versión suya. Es más, el mero hecho de que su tiro de tres parezca una amenaza algo más seria le hará un jugador mucho más flexible al que Kerr podrá encajar en más quintetos, dándole la oportunidad de pisar más la pista y de crecer a una mayor velocidad. Un crecimiento que puede marcar la diferencia para unos Warriors que quieren ir a por todas.
(Fotografía de portada: Thearon W. Henderson/Getty Images)