La temporada de Oklahoma City Thunder está siendo impresionante. Lo que al inicio del curso se catalogó de sorpresa –no porque ganasen partidos, sino porque estaban en lo más alto–, es hoy día una realidad que invita a pensar que pueden luchar por todo mientras Shai Gilgeous-Alexander vive lanzado hacia el MVP de la presente campaña NBA.
Lo cierto es que en OKC todo parecen buenas noticias. Chet Holmgren está haciendo un año impresionante como novato, Jalen Williams ha dado un enorme paso al frente y con un balance de 47-20 son primeros en la Conferencia Oeste. Pues bien, dentro de tanta satisfacción, hay un pequeño lunar que tiene nombre propio: Josh Giddey.
Así es. Si todas las piezas parecen estar funcionando a su mejor nivel, Giddey simplemente se ha quedado atrás. Con un Shai como principal generador de juego, la aportación del guard de tercer año se ha visto reducida a 11,6 puntos al pasar de jugar 31,1 minutos por noche en el curso 2022-23 a los 24,5 del presente. La sensación es que el equipo ha crecido hasta funcionar como una máquina de la que Giddey se ha caído.
Una de las grandes cualidades del jugador australiano es la organización del juego; sin embargo, estos Thunder parecen demandar un jugador que abra la cancha para Shai; es decir, que sea buen tirador. Es justo ahí donde resbala Giddey, quien está en un 32,3 por ciento en triples en la temporada 2023-24, viendo como los rivales directamente le flotan para dejarle tirar. Ante eso, el guard señala que en caso alguno va a cambiar su juego o a dar un paso atrás.
«Es algo que a veces puede acabar con la confianza. Ver a un buen defensor que te desafía a tirar desde fuera… Pero hay que tener confianza. Tienes que confiar en ello porque en el momento en que no lo haces, ellos ganan la batalla mental y ya estás perdido», explica.
(Fotografía de Joshua Gateley/Getty Images)