Julius Randle establece su nuevo récord anotador con 46 puntos

Julius Randle protagonizó una noche soñada para cualquier jugador de la NBA, estableciendo su nuevo récord anotador de carrera que impulsó la remontada de los New York Knicks en su visita al pabellón de Sacramento.

El ala-pívot brilló con 33 de sus 46 puntos solo en la segunda mitad para recortar una diferencia de 19 e imponerse por un marcador final de 131 a 115.

Randle conectó un 18 de 31 en tiros de campo y un 8 de 16 en triples; a los que agregó 10 rebotes y 2 asistencias en 34 minutos sobre el parqué.

«Cuando juega con ese tipo de intensidad, levanta a todos sus compañeros», admitió Tom Thibodeau al NY Post. «Atacó el aro, metió los triples, hizo jugadas en el bullicio de la canasta. Ha sido un gran partido en todos los sentidos», destacó.

Los Knicks suman dos victorias seguidas por primera vez desde el pasado enero cuando ganaron en tres consecutivos contra San Antonio, Dallas y Atlanta. Actualmente están 27-38, a cuatro partidos y medio del décimo clasificado: los Hawks de Nate McMillan (31-33) con 17 jornadas todavía por disputarse.

Junto al magnífico encuentro protagonizado por Randle, el joven R.J. Barrett también tuvo una gran segunda mitad con 29 puntos; el reserva Immanuel Quickley aportó 27 tantos, 6 rebotes y 4 asistencias; y el francés Evan Fournier, quien tuvo un arranque frío con un 0 de 4 intentos, se puso las pilas para finalizar el choque con 15.

Fue una segunda mitad arrolladora para unos Knicks con su mejor anotación tras el descanso desde el pasado 1969. Acumularon un total de 83 puntos, incluido parcial de 44-24 durante el tercer cuarto.

«Julius (Randle) tuvo mucho que ver en eso. Todos tuvimos un ritmo loco. Es divertido mover así el balón y que todo el mundo pueda participar», señaló R.J. Barrett.

En los locales, De’Aaron Fox y Harrison Barnes fueron sus máximos exponentes con 24 y 23 puntos respectivamente junto a un Domantas Sabonis que aportó un nuevo doble-doble de carrera: 19 tantos, 13 rebotes y 5 asistencias.

«Sabíamos que este partido iba a ser todo un reto tras el back to back«, admitió Immanuel Quickley.

«Sabíamos de su velocidad. La velocidad de Fox es una gran prueba para ti y nos metimos en un hoyo de forma muy temprana. Pero nunca nos rendimos y eso fue lo mejor de la noche. Seguimos luchando y luchando, y entonces Julius se puso en marcha y lo que hizo en general fue brillante», concluyó Thibs.

En la próxima jornada los neoyorquinos continúan con su gira fuera de casa ante unos Dallas Mavericks en racha para, posteriormente, jugar en terreno de los Memphis Grizzlies y Brooklyn Nets antes de regresar al Madison Square Garden el próximo 17 de marzo.

(Fotografía de portada: Kevin C. Cox/Getty Images)


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