Portland celebró una victoria con sabor de playoffs tras imponerse los Nuggets, su gran rival por el 8º puesto del Oeste, por 122-113. De forma no casual, fue un viejo conocido de Denver el gran héroe de la noche. Un mes y medio después de ser traspasado a los Blazers, Jusuf Nurkic se vengó de su ex-equipo comprometiendo sus opciones de supervivencia en el partido más importante de la temporada.
Sin melancolía ni piedad
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— Trail Blazers (@trailblazers) March 29, 2017
El pívot bosnio disputó el mejor partido de su carrera NBA, terminando con 33 puntos (12/15 en tiros de campo), 16 rebotes y 3 tapones. Números espectaculares que desarmaron a la defensa interior de Denver. Sumado a los 39 puntos de un imparable C.J. McCollum, los Blazers se hicieron con un triunfo que vale oro. Tras el partido, Nurkic dejó un mensaje envenenado a su ex-equipo: «Les deseo un feliz verano», consciente de haberles dejado a punto de tomarse vacaciones anticipadas.
Jusuf Nurkic mostró las grandes virtudes que le llevaron a destacar en Denver, antes de quedar tapado por la explosión de Nikola Jokic (17 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias) ante Portland. Contundente en la pintura pero a la vez con una técnica más depurada de lo que parece con el balón en las manos, el pívot fue sencillamente imparable. El propio Jokic, desde luego, se quedó corto a la hora de minimizar los daños para su equipo.
Victoria con valor doble
A brotherhood.
Nurkic connects with his former teammates after a career night!#ThisIsWhyWePlay pic.twitter.com/rBkKjgj1RV
— NBA (@NBA) March 29, 2017
El veterano Jameer Nelson (23 puntos) y Gary Harris (19) mantuvieron el partido igualado, pero un gran final de tercer cuarto de Portland, con mención especial para Damian Lillard (19 puntos y 7 asistencias), abrió unas primeras diferencias que nunca desaparecieron. Fue suficiente para que Portland se quede ahora con el 8º puesto en solitario del Oeste, con una victoria de ventaja sobre Denver y con un hipotético desempate a su favor tras terminar su serie particular dominando por 3-1.
Como detalle significativo del carácter de Jusuf Nurkic (pese a su «veraniega» despedida), los jugadores de Denver hicieron fila al finalizar el partido para saludar y abrazar al pívot bosnio. Una señal de respeto a su ex-compañero pese a haberles inflingido un golpe casi mortal a sus opciones de playoffs. El vestuario de los Nuggets aún quiere a Nurkic, pero Portland tiene desde ya un lugar muy especial en su corazón para su nuevo héroe.