Comenzó la temporada a un ritmo supersónico y silenciando cualquier voz que pusiera en entredicho su first pick. Una máquina perfecta de dobles-dobles (ocho en sus primeros doce partidos) a la que ha acompañado un notable comienzo de los Timberwolves.
De sus 13 primeros partidos, sólo en el cuarto, ante Miami Heat, no alcanzó la decena de puntos (6). Sin embargo, en sus cinco últimas apariciones sólo ha superado los dobles dígitos ante Clippers (17); en los demás ha estado bastante discreto —Sixers (6), Hawks (6), Kings (7) y Magic (6)—.
Aún es pronto para saber si se encuentra en un bache temporal, o si realmente los equipos contrarios están poniendo un extra de énfasis en anular a un jugador que avanzaba como un proyectil hacía el Rookie of the Year.
Sus noveles rivales
En la acera opuesta, Kristaps Porzingis que no pocos catalogaban de robo, pero con los Knicks como víctima, está pasando de prematura decepción knickerbocker a ser carne de expectación a cada noche suya en el parqué. Jahlil Okafor, traspiés extradeportivos a un lado, raya también un alto y constante nivel en una franquicia perdedora. Duros rivales tiene Towns para encaramarse como mejor novato del año, de no recuperar esa brutal influencia en el juego de su equipo que exhibía en los despertares del curso.
El pívot dominicano confía en volver por sus fueros a base de auto-exigencia. «Espero mucho de mí mismo», ha dicho en declaraciones a NBA.com. «Cada vez que alguien espera algo de mí, yo espero cinco veces más. Sólo trato de salir ahí y jugar lo mejor que puedo. Aprendiendo cada día. Intentando contribuir al éxito del equipo tanto como sea posible».
En 18 partidos los números de Towns son de 13,9 puntos, 9,2 rebotes y 2,2 tapones.
El próximo partido lo juegan el sábado en el Target Center ante los Blazers. Una pintura en frente también muy joven y ante la que intentará volver a deslumbrar.