Quién sabe cuánto durará, pero hablar de los líderes de la Conferencia Oeste significa ahora mismo hablar de los Utah Jazz. El equipo al que muchos esperaban en el otro extremo de la clasificación sumó ayer su tercera victoria en tres partidos tras derrotar a Nueva Orleans 121-122, tumbando a la que aspira a ser una de las grandes revelaciones de este curso. Esta fue de hecho la primera derrota para los Pelicans en lo que va de temporada, resultado para el que fue necesaria la disputa de una prórroga.
En esta, fue concretamente Kelly Olynyk quien se alzó como héroe de los visitantes con una canasta que decidió el partido a falta de 3 segundos. El ala-pívot recibió el balón del saque de banda con la aparente intención de cederlo en mano a mano a Lauri Markkanen, pero los cambios de asignación de los de Luisiana impidieron que así fuese. No obstante, esto le dejó emparejado con C.J. McCollum, y, aprovechando su mayor fuerza y tamaño, atacó el aro y acabó anotando la canasta que, tras el error del propio McCollum en un último triple a la desesperada, significó la victoria.
El canadiense alcanzó los 20 puntos, terminando como segundo máximo anotador de los suyos tras Lauri Markkanen, que con 31 volvió a hacer ver que el gran nivel ofrecido en el Eurobasket por serpor fin trasladable a la NBA. El finlandés, muy agresivo y eficaz en sus internadas hacia el aro, se encargó de comandar los mejores momentos de los Jazz en el partido, y parece reivindicarse como el líder de esta plantilla que está haciendo exactamente lo opuesto de lo que se esperaba de ella.
Problemas para Ingram y Zion
Para los Pelicans, la derrota fue quizás el menor de los problemas en una jornada en la que tanto Brandon Ingram como Zion Williamson tuvieron que poner rumbo a vestuarios tras sendos incidentes. El primero impactó fuertemente con su compañero Naji Marshall cuando ambos buscaban interceptar un pase largo, y aunque trató de volver al partido acabó siendo sustituido de nuevo alegando que sus síntomas podían ser los de una conmoción cerebral. Algo similar ocurrió con Zion, quien también trató de seguir jugando tras sufrir una dura caída en el último cuarto, pero era evidente que había quedado resentido y el equipo optó por sacarle del parqué para analizar la posible lesión, que ha sido catalogada como una contusión de cadera.
Los de Green no dieron pese a todo el brazo a torcer, y comandados por un C.J. McCollum que fue asumiendo galones a medida que sus compañeros ponían rumbo a la enfermería, llegaron a remontar una diferencia de 17 puntos en el último cuarto y estuvieron cerca de llevarse el triunfo tirando de épica. El ex de los Blazers coronó con un triple en el último minuto un parcial de 25-5 que les dejó rozando la victoria, pero Jordan Clarkson contestó con otra canasta de tres que puso el 110-110 con el que terminó el tiempo reglamentario.
C.J. llegó en la prórroga a los 28 tantos, superando los 25 que Zion había sumado antes de abandonar el duelo y terminando como líder en anotación de los suyos. El escolta se quedó no obstante falto de apoyos a la hora de la verdad, pues salvo por Trey Murphy, que fue creciendo con el avance del partido, el hueco dejado por las dos estrellas del equipo se hizo notar.
(Fotografía de portada: Jonathan Bachman/Getty Images)