Kelly Olynyk perfecciona su tiro tras los partidos

Los Boston Celtics lo ‘elegían’ en el draft 2013, vía Dallas, en la decimotercera posición y con la intención y perspectiva de hacer de este canadiense con aspecto escocés el próximo William Wallace de la pintura verde.

Tras un año de destellos discontinuos pero evidentes de la capacidad técnica que atesora, para ser un jugador de 2,13, Kelly Olynyk está convirtiendo esas buenas actuaciones en algo más o menos asiduo esta temporada. Su cenit lo alcanzó el pasado lunes, endosándole 30 puntos a los Sixers saliendo desde el banquillo. Olynyk ha registrado dobles dígitos, partiendo desde la segunda unidad, en cuatro de sus últimos cinco partidos. El miércoles, en el triunfo ante los Magic, anotó 15 puntos con un 75% de acierto y un 2/4 en triples, distancia desde la que sigue mostrando su fiabilidad.

Trabajador nato

Este salto en sus estadísticas no es fruto de la casualidad. Existe una raza de jugadores que, desvalorizando el apretado calendario al que les somete la competición, utilizan las pocas horas de asueto para seguir perfeccionando su juego y sus cuerpos. Olynyk es uno de ellos.

Tal y como ha publicado el medio de Boston Nesn.com, y se ha hecho eco Basketball Insiders, tras un comienzo de picos y valles, relegado de la titularidad al banquillo, el ala-pívot ha redoblado sus esfuerzos para volver a ser un hombre importante en el esquema de Brad Stevens.

«Kelly realmente quiere ser bueno. Eso está claro«, expresaba Stevens después del partido del miércoles. «La ética de trabajo de Kelly es excelente. Está de vuelta al gimnasio casi cada noche, independientemente del resultado».

Su entrenador no ha sido el único que se ha percatado de ello. «Es muy simple, el chico trabaja», decía su, ya, ex compañero de equipo Rajon Rondo, quien no duda en alabarle. «Nunca se toma un descanso. Aunque haya jugado 20 o 25 minutos por noche, el seguirá yendo al gimnasio. Eso demuestra mucho sobre su carácter y dedicación en el juego».

Tirar, tirar y tirar

Interrogado respecto a qué facetas del juego dedica esos entrenamientos nocturnos, el jugador explica que trabaja tomando como referencia el último encuentro disputado. «Tomo nota de cada tiro que he realizado en ese partido, y lo repito. Y otra vez. Y otra vez. Por lo general lo que hago es repetir cada lanzamiento convertido en ese último partido de 20 a 30 veces».

Olynyk toma ya este hecho como una rutina habitual. «Me encanta jugar los partidos y me encanta estar en el gimnasio. Gane, pierda, juegue bien o no juegue bien. Aquí es donde he encontrado la paz en mi vida. Es como una especie de santuario»., asegura el canadiense.


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