Kemba Walker no pudo estar presente en la victoria de los Celtics ante los Timberwoles por 117-127 en el primer encuentro de ambos equipos tras el All-Star por culpa de unas dolencias en su rodilla. El propio Brad Stevens confirmó su ausencia unas horas antes del choque, alegando que estaba recibiendo un tratamiento que incluía inyecciones de Synvisc, una sustancia que ayuda a amortiguar y lubricar la articulación.
«Le han hecho otro escáner y la rodilla está bien a nivel estructural, pero va a tener que cuidarse y lidiar con ella como ha venido haciendo durante toda la temporada» reconoció el técnico, que afirmó además que la ausencia del base no será de larga duración.
Walker sí pudo estar presente en el All-Star Game, en el que disputó 29 minutos, lo que parece apuntar que, en efecto, no se trata de una dolencia de especial gravedad. No hay por tanto motivos para que cunda el pánico en los Celtics, que no estarán demasiado tiempo sin uno de los jugadores más importantes de la plantilla y artífice de varias victorias pese a que hablamos de un bloque fundamentado en la coralidad.
El base ha promediado 21,8 puntos y 5 asistencias en los 46 partidos que ha podido disputar hasta el momento, lo que le convierte en el segundo anotador solo por detrás de Jayson Tatum. Kemba parece haber encajado perfectamente en una plantilla que venía de una temporada decepcionante, y ha devuelto la ilusión a una afición que ya sueña con verle hacer de las suyas en playoffs.
(Fotografía de portada: Omar Rawlings/Getty Images)