El TD Garden acogió ayer la presentación oficial de Kemba Walker y Enes Kanter como nuevos integrantes de la familia Celtic. El base y el pívot llegan para cubrir dos huecos importantes en la plantilla (Irving y Horford), y tratarán de llevar el proyecto a cotas a las que parecía llamado pero a las que nunca logró llegar. El propio Kemba, obligado a vagar por la zona media-baja del Este durante sus años en Charlotte, no tardó en mostrar su hambre de victoria y sus ganas de ayudar a los Massachusetts a volver a lo más alto.
«En toda mi carrera nunca he estado en un equipo ganador» aseguró. «No quiero decir que ahora vaya a estarlo, no puedo prever cómo van a ir las cosas, pero tengo claro que quiero ganar. Quiero estar en un equipo que salga cada noche a competir al máximo nivel».
En sus ocho años en los Hornets, Walker tuvo tiempo de convertirse en el jugador más importante de la historia de la franquicia y de establecer varios registros que tardarán tiempo en superarse, pero es cierto que nunca contó con un proyecto competitivo que comandar. El registro más alto que ha logrado alcanzar han sido 48 victorias, y solo ha podido disputar los playoffs en dos ocasiones, en ninguna de las cuales logró superar la primera ronda. Intentar cambiar esta situación es uno de los motivos por los que decidió dejar Charlotte, y ahora buscará en Boston los logros colectivos que tanto tiempo se le han resistido.
«He visto a Boston competir durante todos estos años. Siempre han estado a un gran nivel, siempre en playoffs, y yo quiero formar parte de algo así. Ese fue uno de los motivos por los que tomé esta decisión».
Kemba fue preguntado también por el potencial de la plantilla, que llega tras un año bastante decepcionante en relación a lo esperado. El base no se atrevió a prometer nada, pero sí mostró mucha confianza en las capacidades del equipo: «No puedo ver el futuro, pero tenemos un gran equipo con el que estoy deseando jugar. Voy a tratar de aportar todo lo posible, y los jugadores más jóvenes también lo harán, así como Gordon Hayward. Espero que pueda tener un gran año, y estoy seguro de que así será por cómo está trabajando. Estoy muy emocionado. Se vienen grandes cosas».
La inevitable comparación
Como no podía ser de otra manera, llegaron las preguntas acerca de Irving y el mal año de los Celtics a nivel colectivo. El base no quiso entrar en demasiadas comparaciones, y simplemente expresó su deseo de poder hacer que las cosas funcionen.
«Suponía que llegarían estas preguntas, al fin y al cabo estoy aquí para ocupar el lugar de Irving. Siempre hay muchas expectativas puestas sobre esta franquicia, y el año pasado las cosas simplemente no salieron bien. Ya está, son cosas que pasan. Todos sabemos lo buen jugador que es Kyrie, pero con suerte ahora las cosas funcionarán mejor. Ese es mi plan: trabajar duro, ir todos a una y hacer que todo vaya bien».
También se le preguntó por su capacidad para ayudar a los más jóvenes a desarrollarse y encajar en el equipo, uno de los temas que, según los rumores, más problemas dio a Irving: «Creo que mis habilidades se complementan con las suyas. A mí me encanta atacar de forma agresiva y generar atención de la defensa, y creo que eso abrirá espacios para el resto. Además, creo que hago mejores a los demás de muchas otras formas, como siendo un buen compañero y apoyándoles todo lo posible. Me entusiasma esta oportunidad, creo que va a ser divertido».
Por último, se le preguntó por la elección de su dorsal, que finalmente será el número 8. Este, casualmente, es el mismo que lucía Antoine Walker, jugador de Boston entre 1996 y 2003 (amén de 24 partidos disputados con los Celtics en 2005), por lo que algunos aficionados podrán reciclar sus camisetas dada la coincidencia de apellidos. No obstante, Kemba reconoció no haber tenido esto en cuenta durante su elección.
«Lo escogí porque mi cumpleaños es el 8 de mayo y porque no había más números libres» admitió entre risas. «Pero es genial vestir el número de Antoine Walker. He hablado con él y me ha dado sus bendiciones, así que tengo muchas ganas» concluyó.
(Fotografía de portada: Tim Bradbury/Getty Images)