Kerr: «La serie contra OKC nos hizo más fuertes»

Entraba dentro de lo posible que Golden State Warriors venciera los dos primeros partidos de Las Finales jugando como local; pero ni mucho menos se esperaba que se impusieran de la manera tan arrolladora que lo están haciendo.

Había tres motivos principales para pensar eso. El primero era que los Warriors llevaban un tiempo sin ganar con la insultante facilidad exhibida en muchos tramos de la regular season. El segundo, que delante no estaría ningún sparring, sino los Cleveland Cavaliers de LeBron James —y Kevin Love y Kyrie Irving—. Y por último y no menos importante, el descanso. Mientras unos lo habían tenido a mansalva, los otros apenas venían de recuperar el aliento tras una remontada extenuante y un Game 7 apoteósico ante los Thunder.

Precisamente, eso que podía parecer un hándicap, para Steve Kerr se ha convertido en virtud. Lograr recuperarse tras una eliminación casi segura y luchar del modo en el que lo hicieron para levantar esa rueda de tractor que era el 3-1, significó escalar al siguiente nivel. Los Warriors estaban muertos en Playoffs, pero sobrevivieron a base de lucha, fe y baloncesto. Y por el Joker ya sabemos qué pasa con aquello que no te mata.

«Creo que la serie contra Oklahoma City nos hizo más fuertes» ha dicho coach Kerr. «No fue divertida, y escapamos de milagro. Pero creo que hemos sido capaces de sacar provecho de aquellos momentos, ganando tres partidos seguidos, y hemos sido capaces de trasladar todo eso a esta serie».

Aprehendiendo del rival

Reponerse y derrocar a los Thunder llevaba varias cosas implícitas. Ganarles en varios partidos a vida o muerte requería ser creativos y fuertes en ataque; lo bastante para poder superar murallas de altura como las de Kevin Durant, Serge Ibaka o Steven Adams.

No bastaba sólo con que las estrellas rindieran a gran nivel. Junto a los Splash, los secundarios eran necesarios. Así emergieron las figuras Shaun Livingston, Leandro Barbosa y Draymond Green, que ahora no aflojan ante los Cavs; un conjunto que se está mostrando mucho más «blando y asequible» en defensa.

Asimismo, el poderío físico y atlético de OKC obligó literalmente al reparto de Oakland a dar lo mejor de sí en la protección de su aro. El alto grado de exigencia aplicado para frenar a Russell Westbrook lo sufre ahora en sus carnes Irving. El base de los de Ohio acumula en dos partidos 12/36 en tiros de campo. Mientras, LeBron James tiene que lidiar con auténticos mejillones en defensa que permutan sus posiciones, realizan ayudas y hacen todo el esfuerzo combinado posible con el objetivo de limitar las prestaciones del jugador más capaz que hay en pista en estas Finales.

«Creo que la anterior serie nos ayudó contra sus jugadores en situaciones de aclarado, Westbrook y Durant», ha dicho Harrison Barnes. «Creo que en esta serie somos un equipo mucho más preparado frente a eso».

Stephen Curry también ha querido hacer su aportación. «Kyrie y LeBron son dos jugadores muy diferentes a Russell y KD, pero todos ellos tienen, obviamente, fortalezas que los ubican en el sitio en el que están. Debemos saber cuales son las fortalezas de cada uno y cual va a ser nuestro plan de ataque contra ellas, y estamos siendo consistentes y haciendo nuestro trabajo en esta serie».


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