«Con 50 segundos por jugarse (más o menos), preguntaba a mis compañeros, ¿esto está pasando de verdad?» Ante lo que Iguodala y Draymond Green le gritaron «¡sigue jugando hasta el final!», resumía Kevin Durant una de las emotivas anécdotas que dejó el final del pasado lunes, quinto día de Finales 2017, y recogió la periodista Rachel Nichols.
Con poco menos de un minuto por jugarse, Durant fue ya plenamente consciente de que aquello por lo que había estado partiéndose el físico y la mente los últimos diez años —desde que llegó a la liga— se hacía realidad. Estaba a punto de ser campeón de la NBA.
Y ese momento puede apreciarse perfectamente en los últimos bailes de reloj del Game 5. Antes de acabar el partido (zona inferior izquierda del vídeo), Durant estaba ya empezado a ser neutralizado por la emoción. Pero sus compañeros le instaron a seguir jugando.
Pocos segundos después, Stephen Curry mandó el partido al limbo con un nuevo triple (para certificar sus 34 puntos) y a fiesta de Kevin Durant y todo el equipo fue completa.
En nueve temporadas con los Oklahoma City Thunder, Kevin Durant no pudo conseguir el objetivo del anillo. Tan solo llegó a unas Finales, en 2012, perdidas ante los Miami Heat de LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh. Pero en la primera temporada desde que llegó a Golden State, el nuevo alero de los Warriors ha tachado el logro que motivó su salto profesional al baloncesto.