El debut oficial de Golden State estuvo muy lejos del desenlace esperado. Los Spurs rompieron las costuras de un equipo irresistiblemente lujoso en la superficie pero con los cimientos aún por reconstruir. La escasa aportación de los secundarios de los Warriors fue letal ante un equipo tan lleno de recursos como San Antonio, que acabaría ganando por un rotundo 100-129. Tras la derrota, los jugadores de Golden State coincidieron en resaltar la importancia de utilizar esta derrota como una llamada de atención.
Durant: "It was a slap in the face. Woke us up a bit."
— Marcus Thompson (@ThompsonScribe) October 26, 2016
«Fue una bofetada en la cara. Nos despertó un poco», afirmó rotundo Kevin Durant, quien pese a la derrota firmó un más que aceptable partido individual con 27 puntos (11/18 en tiros de campo), 10 rebotes, 4 asistencias, 2 robos y 2 tapones. Steve Kerr, el entrenador de los Warriors, reconoció que «no salimos con energía para empezar el partido. Dimos por supuesto que las cosas iban bien», y afirmó sentirse «avergonzado» por la actuación de su equipo, esperando que sus jugadores sientan lo mismo.
Mirando hacia adelante
Stephen Curry, quien aportó 26 puntos, también miró al futuro. «Tengo ganas de despertarme mañana y ver el vídeo», afirmó. «Tras verlo intentaremos corregir las cosas que no hicimos bien». Pese a su juego rápido, propenso a las anotaciones altas, los Warriors no recibían al menos 129 puntos en un partido jugado en casa desde marzo de 2010, aún lejos de su actual época dorada, cuando cayeron por 131-133 ante Phoenix.
La parte buena para Golden State para revisar errores es el benigno calendario, más allá del duro duelo ante San Antonio. El próximo partido será el viernes contra New Orleans, con dos días para aclarar ideas, con duelos en el horizonte ante otros equipos teóricamente de la zona baja del Oeste como Suns, Lakers o de nuevo Pelicans. Para Andre Iguodala, «nos lo tomamos partido a partido. Continuamos construyendo una química». Una tarea nada fácil con la presión del resto de la NBA, motivada de forma especial para derrocar a un equipo nacido con ambiciones de dinastía.