Cuando tiras demasiado de la manta corres el riesgo de quedar con los pies destapados. Y eso es lo que le está pasando a los Sacramento Kings. Para tratar de reconducir el rumbo de la temporada, Mike Brown ha optado en los cinco últimos partidos por otorgar mayores recursos ofensivos al quinteto inicial con el ascenso de Malik Monk, quien había jugado como suplente los 162 partidos previos con la camiseta de los de California.
Estadística en mano, esta decisión ha sido un acierto: el quinteto titular de los Kings compuesto por Sabonis, Murray, DeRozan, Monk y Fox supera a sus rivales por 9,6 puntos por cada cien posesiones. A cambio, no obstante, deja muy débil la segunda unidad en lo que respecta a anotación y generación de juego: el banquillo de los de California apenas aporta 27 tantos por velada este curso, cuarto peor registro de la NBA.
Si rascamos nombre por nombre, encontramos que Kevin Huerter y sus 10,0 puntos por noche —peor marca de su carrera desde su año rookie—, y los 6,5 tantos de Keon Ellis emergen como las principales opciones ofensivas para dar descanso a los suplentes. Muy poco. Y por si no fuera suficiente, los Kings no han podido contar con Trey Lyles en los últimos siete encuentros por lesión.
Así, el propio Huerter ha reconocido que tiene que ser más resolutivo en ataque y que espera que los 26 puntos anotados ante Utah Jazz sirvan como un impulso en su juego. «A veces es solo un juego de números», declaró el tirador, según recoge el medio The Sacramento Bee. «Simplemente tienes que seguir confiar en ellos, continuar esforzándote cada día y confía en que [el acierto] volverá en algún momento».
Influyen muchos otros factores, pero la estadística sigue siendo caprichosa: nueve de las diez máximas anotaciones de Huerter esta temporada han venido acompañadas de una victoria para los Kings.