Cleveland va a Minnesota, o lo que es lo mismo, Kevin Love regresa a la que fue por seis años su casa. Allí, arropado por los Timberwolves se convirtió en una estrella de la NBA llegando a jugar tres All-Stars. Allí, pese a que los resultados deportivos no acompañaron hasta el punto de no clasificarse nunca para playoffs, vivió algunos momentos memorables que ahora recuerda vistiendo la camiseta de los Cavaliers.
«Me lo pasé genial. Desearía haber podido ayudar para ganar más, pero fue un tiempo divertido. Allí aprendí mucho», señala en declaraciones a NBA.com sobre una etapa que cerró con un promedio de 19,2 puntos y 12,2 rebotes para entrar en la historia de la franquicia de Minneapolis.
Pero su paso por los Wolves fue mucho más allá de las estadísticas. «Hablamos de relaciones que construí aquí y que sigo teniendo con gente de la organización, personal y ex jugadores. Recuerdos muchos buenos momentos de mis primeros seis años en la liga. No puedo creer que sea ya mi quinta temporada en Cleveland y la undécima de mi carrera. Echando la mirada atrás hay muchas cosas positivas».
Y una de ellas tiene nombre y apellido: Flip Saunders. Fallecido en 2015, Love no tiene más que buenas palabras para quien era presidente de operaciones de baloncesto de Minnesota. «Tuve una gran relación con Flip. Fue una de las personas que me guiaron… Amaba a su familia. Vio que todos tenían un papel que desempeñar, desde los jugadores a los medios de comunicación. Siempre vio que todos tenían un rol. Fue algo muy difícil de dejar atrás», concluye quien es a día de hoy quinto en minutos jugados, segundo en triples anotados, segundo en rebotes totales y tercero en puntos de la historia de los Wolves.