Prácticamente desde que los Milwaukee Bucks se alzaron campeones por segunda vez en su historia, la salud de Khris Middleton ha sido una incógnita. En las dos temporadas anteriores, el escolta se perdió un total de 65 partidos y lleva desde la 21-22 sin promediar más de 30 minutos. Esta campaña ya suma 20 partidos ausente y apenas ha jugado sin restricción de minutos a causa de sus problemas de rodilla y tobillos. «Necesito jugar», dice Middleton en lo que parece que es la recta final de su recuperación.
El de los Bucks lleva ya cerca de una semana preparado para volver a las pistas, con su situación siendo estudiada día a día. Pero, como viene siendo habitual con él en los últimos tiempos, el equipo médico de Milwaukee está prefiriendo ser paciente. «No he tenido retrocesos. Simplemente no hemos sido capaces de dar ese paso final para estar al 100% para volver a competir. Sigo trabajando duro», aclara.
A la vuelta de la esquina
Middleton lleva fuera de la rotación desde el pasado 6 de febrero, cuando sufrió un esguince de tobillo ante los Phoenix Suns. «Intenté vendarme y volver a jugar, pero en cuanto me quité la zapatilla fue imposible». Más allá de la gestión de minutos, el escolta tampoco estaba disputando las segundas noches de back-to-back. «He estado con restricción de minutos la mayoría del año, así que lo que necesito es volver a jugar y estoy trabajando para ello».
Con él en cancha, Milwaukee tiene un récord de 27-16. Sin él de 14-6. Es decir, mayor porcentaje de victorias en su ausencia. Aun así, Middleton resulta crucial para las aspiraciones de los Bucks, que no pueden ser otras que optar al campeonato. Mientras ha estado sano, su nivel ofensivo ha sido notable como desahogo de Damian Lillard y Giannis Antetokounmpo. Ahora bien, las continuas lesiones han mermado a lo que solía ser un defensor diferencial.
(Fotografía de portada de Dustin Satloff/Getty Images)