Hablar de favoritos para conquistar el campeonato supone inevitablemente hablar de los Golden State Warriors. Los de Steve Kerr son los actuales defensores del título, y han añadido a un All Star como DeMarcus Cousins a una plantilla ya plagada de estrellas, lo que les convierte en el rival a batir por el resto de aspirantes. No obstante, su camino hacia el tercer anillo consecutivo no se antoja sencillo.
Son varias las franquicias que han tratado de conformar un equipo de gran nivel para competir con los de Oakland. En el Oeste, la acumulación de talento de la que presumen plantillas como los Rockets o los Thunder amenaza con romper el reinado de Curry y compañía, y ha dado lugar a una conferencia de un nivel estratosférico. No obstante, para Klay Thompson el mayor rival se encuentra en el Este.
Se trata de los Boston Celtics, hacia quienes el escolta se deshizo en halagos en unas declaraciones concedidas a la ESPN durante el media day tras ser preguntado por la mayor amenaza de cara a a pelear por el anillo: «Me gusta mucho Boston»afirmó. «Tienen un equipo joven y que se asemeja al nuestro en cuanto a tamaño, jugadores con capacidad para defender y anotar, y una forma generosa de ejecutar su juego. Creo que van a ser un equipo a tener en cuenta» concluyó.
Los Celtics antes que los Rockets
En vista de esta respuesta, Thompson parece considerar a los Celtics un equipo más peligroso que los Rockets, quienes llevaron a los Warriors hasta el séptimo partido en las pasadas Finales de la Conferencia Oeste. Los de Mike D’Antoni ganaron tres partidos de playoffs a Golden State, tantos como el resto de equipos de la NBA juntos desde la incorporación de Kevin Durant a la plantilla (el balance es 4-3 contra los Rockets y 28-3 contra el resto), y, de no ser por la lesión de Chris Paul la serie podría haber tenido un final muy distinto. No obstante, es probable que Klay no ande desencaminado.
Los texanos han perdido este verano a Trevor Ariza y Luc Richard Mbah a Moute, dos piezas claves en su rotación en ambos lados de la cancha. Aunque la llegada de Carmelo Anthony puede suponer una mejoría a nivel ofensivo, la sensación es que Houston cuenta con un plantel menos profundo y que ha perdido a jugadores que encajaban a la perfección en el rol que se les pedía.
Por su parte, Boston es un equipo del que se espera un gran salto de calidad. El crecimiento de jugadores jóvenes como Jaylen Brown y Jayson Tatum y la vuelta de lesión de Kyrie Irving y Gordon Hayward da a los de Brad Stevens un margen de mejora inmenso que podría ponerles en disposición de pelear de tú a tú con los Warriors. Sin embargo, ahora no se puede hacer más que especular. Será la temporada la que acabe poniendo a cada equipo en su lugar y la que determine si Klay tenía o no razón en sus declaraciones.