Tras un inicio de temporada muy irregular en el que ha sido muy cuestionado, Klay Thompson ha respondido por fin. El escolta dejó atrás las malas sensaciones sacando a relucir su mejor versión ante los Rockets, a quienes anotó 41 puntos para liderar a los Warriors a su primera victoria como visitantes de la temporada. Los de San Francisco se impusieron en el Toyota Center por 120-127, acabando con su desastre a domicilio aunque sin transmitir la solvencia que cabría esperar de unos vigentes campeones.
Klay dejó claro desde muy temprano que esta iba a ser una noche especial para él, anotando 20 puntos en el primer cuarto en el que fue un inicio infernal por su parte. Si bien su ritmo descendió tras esto, el escolta recordó por fin lo letal que puede ser cuando tiene una noche inspirada, e igualó su mejor marca anotadora desde su vuelta de la lesión que sufrió en 2019. Gran parte de sus puntos llegaron desde el triple, desde donde firmó un estratosférico 10/13 que le permitió también firmar su mejor cifra desde su regreso, permitiendo a los aficionados soñar con que el mejor Thompson está de vuelta.
Su exhibición no estuvo ni mucho menos mal acompañada, pues sería incluso debatible si Stephen Curry jugó un partido incluso mejor. El base no anotó tanto como Klay, pero con 33 tantos y 15 asistencias fue el generador de prácticamente todo lo que hicieron los Warriors en ataque durante sus 37 minutos en pista en otra noche soberbia por su parte. Mientras sus presencias en cancha daban aire fresco al equipo, sus ausencias se notaban de forma muy marcada, hasta el punto de que sus periodos de descanso se saldaron con un parcial de -15 para los de Kerr.
Con su 7/14 desde el perímetro, Steph hizo al backcourt de Golde State combinarse para un total de 17 triples, una cifra que nueve equipos todavía no han alcanzado en lo que va de temporada. Y lo cierto es que ninguna de estas canastas, así como ninguno de los 22 puntos de un buen Andrew Wiggins, estuvo de más, pues los californianos necesitaron todas y cada una de ellas para derrotar al que, al menos según la clasificación, es el segundo peor equipo de la NBA.
La defensa no mejora
Y es que la defensa sigue siendo el asunto sin resolver de los Warriors, que permitieron a muchos hombres de los Rockets sumar con relativa facilidad y mantener a los texanos en el partido. Kevin Porter Jr., con 30 tantos, fue el líder en este sentido, pero estuvo acompañado por otros cinco compañeros que también terminaron en dobles dígitos. En concreto, fue una noche especial para los dos rookies de Houston, Jabari Smith y Tari Eason, que con 22 y 19 puntos respectivamente firmando las mejores marcas de sus carreras, apuntando buenas maneras mientras evidenciaban que tenían delante a un equipo ante el que no cuesta en exceso anotar.
Esto dio lugar a un duelo mucho más parejo de lo que las exhibiciones de los Splash Brothers podrían hacer imaginar, y que no se decidió hasta los últimos instantes del último cuarto. Allí, el acierto exterior de Curry y Klay permitió finalmente a los visitantes escapar con el triunfo, pero, aunque hubo evidentes buenas noticias, las sensaciones con las que se van de Houston no son precisamente para tirar cohetes (broma intencional).
(Fotografía de portada: Alex Bierens de Haan/Getty Images)