En unas 24 horas comienzan las cuartas consecutivas Finales entre Golden State Warriors y Cleveland Cavaliers, una película repetida que ha provocado algunas críticas, ya no porque vaya a ser un final de fiesta aburrido –están LeBron James y Stephen Curry entre otros–, sino porque se entiende que la NBA está desequilibrada, sobre todo desde que Kevin Durant llegase a Oakland.
Lo cierto es que en los presentes playoffs hay pocos argumentos para pensar así. Los Warriors han sufrido de lo lindo para doblegar a Houston, tanto como para que hayan tenido que esperar a la lesión de Chris Paul para conseguirlo. Por parte de los Cavaliers el camino ha sido aún más tortuoso. Siete partidos contra Pacers y otros tantos contra Celtics para alcanzar las Finales gracias al mejor LeBron James que se recuerda. Vale, tener a El Rey es una gran ventaja, pero para nada definitiva.
La cuestión es que este clamor sobre la falta de paridad en la competición ha llegado hasta oídos de Klay Thompson. El escolta, cuestionado sobre por qué han llegado de nuevo los mismos equipos a la final, deja claro que el problema lo tienen los demás. «El resto de la NBA tiene que mejorar. No es culpa nuestra», explica según señala Daniel Brown de San Jose Mercury News.
Y no le falta razón. Se puede admitir que reunir en una sola plantilla a Stephen Curry, Klay Thompson, Draymond Green y Kevin Durant es lo mismo que empezar ganando, pero ha sido el excelso trabajo de oficina –empezando por el Draft–, el que les ha permitido alcanzar este nivel. Respecto a Cleveland la situación es distinta. James llegó en 2014 formando un nuevo Big Three, pero el hecho de que siga ganando sin Kyrie Irving y casi sin Kevin Love, no hace sino agrandar su leyenda. Como decíamos, solo hay un rey.