3-1. Esa es la renta que tenía el curso pasado Golden State Warriors para lograr su segundo anillo consecutivo. No lo consiguieron. Es más, se convirtieron en el primer equipo de la historia en ver como les remontaban tal ventaja en la lucha final por el campeonato.
Es justo ese hecho de quedarse con la mil en los labios el que aún quita el sueño a Klay Thompson. El escolta de los de Oakland, esperando ya rival en las Finales, cree que ha llegado la hora de la redención.
«Todos los días pienso en ello. Siempre lo he pensado. Estábamos tan cerca el año pasado… A un partido solamente. Te mentiría si te digo que no es algo en lo que pienso todo el tiempo», expresa a Washington Post.
Más allá del deseo por recuperar el trono, Thompson no está completando sus mejores playoffs. Tras acabar la temporada regular con 22,3 puntos por partido y un 47% en tiros de campo, en la postemporada se queda hasta ahora en 14,4 puntos por noche acertando un 38% de sus tiros.
Cuestión de competitividad
Golden State está en sus terceras finales consecutivas y Thompson tiene claro que es algo que no han logrado solo con talento. Se trata de tener hambre por ganar. «Soy un tipo competitivo. Creo que es eso lo que impulsó a mucho de nosotros a seguir siendo consistentes este año, el deseo de volver a jugar en junio».