Dallas se presentó en la cancha de los Warriors con su destino bastante aprendido. Además de las conocidas bajas por lesión de Dirk Nowitzki y Devin Harris, su entrenador Rick Carlisle decidió reservar a jugadores claves como Andrew Bogut, Wesley Matthews y J.J. Barea. Esta decisión, tomada en pleno «back-to-back» fuera de casa tras ganar la noche anterior a los Lakers, dejó el partido desequilibrado desde el primer momento. No hubo mejor escenario para que Klay Thompson, por primera vez esta temporada, pareciera Klay Thompson.
El despertar de Klay
A big #DubNation welcome to our old friends @HBarnes & @andrewbogut! Glad to have you on #WarriorsGround. pic.twitter.com/nT6y1ktRTN
— Golden State Warriors (@warriors) November 10, 2016
El escolta entró en el partido con un terrible 11/53 en triples, un 20,8% de acierto que le dejaba en la cola de los tiradores de la NBA, pero todo cambió en el primer cuarto. Klay Thompson sumó 18 de sus 20 puntos, con un 7/7 de acierto en tiros de campo y 4/4 en triples. Suficiente para rematar a unos Mavericks que, en conjunto no pasaron de 13 puntos en los 12 minutos iniciales de partido.
Harrison Barnes, que mantuvo su buen momento de forma con 25 puntos, y el inactivo Andrew Bogut disfrutaron un buen recibido homenaje por su aportación a los exitosos últimos años de los Warriors. fue la única alegría que se llevaron en un equipo diezmado, sin pegada ni defensa para contrarrestar el acierto de las estrellas de Golden State. Thompson, con el trabajo hecho, dejó paso para que Kevin Durant (28 puntos) y Stephen Curry (24) remataran sin apuros el trabajo.
Igualando a MJ
Kevin Durant está on fire. pic.twitter.com/KGd87Rcv9I
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Para Kevin Durant, superar la veintena de puntos le sirvió para igualar al más grande. Fue su 72º partido consecutivo de temporada regular con al menos 20 puntos anotados, empatando la mejor racha de la larga de Michael Jordan. Por delante del alero solo quedarán ahora Wilt Chamberlain (con dos rachas de 126 y 92 partidos) y Oscar Robertson (79), quienes lo lograron en la primera mitad de la década de los 60. La regularidad anotadora de Durant, incluso compartiendo escenario primero con Russell Westbrook, y ahora con Stephen Curry y Klay Thompson, impresiona.
El susto, eso sí, lo dio Stephen Curry a mediados del tercer cuarto, con una torcedura en su frágil tobillo derecho. Para fortuna de los Warriors, todo quedó en un cambio de vendaje, pudiendo incluso volver a un partido que ya estaba más que sentenciado. Con minutos basura para vaciar los banquillos, solo quedó ver la distancia final. 21 puntos que parecieron incluso cortos para la diferencia de calidad y motivación entre ambos equipos.