Y no es para menos. La temporada de Dallas Mavericks apuntaba a ni siquiera pasar por el play-in, pero el ala-pívot apuró los plazos de su recuperación para retornar a las pistas y liderar a un equipo que ahora suma cinco triunfo en sus últimos siete compromisos, incluyendo el último ante Atlanta Hawks por 120-118 con canasta ganadora de Anthony Davis.
Es obvio que los de Texas no están preparados para competir por el anillo –la lesión de Kyrie Irving les sentenció hace tiempo–, pero sí que tienen un grupo de jugadores lo suficientemente extenso y atlético como para pelear cualquier partido y más si La Ceja es su guía.
Justo en esa línea se mueve Klay Thompson, y más tras ver lo acontecido en el partido ante la franquicia de Georgia, en el cual los Mavericks ganaron gracias a los 34 puntos, 15 rebotes y 5 tapones de su rutilante estrella. Estas fueron las palabras del escolta.
«Tener a alguien con esa capacidad para cerrar partidos y siendo igual de bueno a ambos lados de la cancha hace que le sigamos. Vamos a su ritmo. Obviamente es nuestro mejor jugador, así que hizo lo que se suponía que debía hacer. Fue increíble ver lo que hizo», comenta sobre la enorme actuación de Davis contra los Hawks.
ANTHONY DAVIS WINS IT FOR DALLAS IN THE FINAL SECONDS 🚨🚨
— NBA (@NBA) April 3, 2025
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Klay se mostró entusiasmado, pero no fue el único, ya que el ahora base titular del equipo, Spencer Dinwiddie, también mostró su admiración por La Ceja. «Así es él. Espero que Dallas pueda ver mucho de esto, tanto por el bien de la ciudad como por el suyo propio… Obviamente, quiere liderar a este equipo. Quiere rendir al máximo», sentencia.
El paso al frente de Anthony Davis
El regreso tras una lesión que le ha tenido más de un mes parado no ha sido sencillo. Teniendo que ir cogiendo el ritmo, Davis se quedó en sus primeros cuatro partidos en un promedio de 14,3 puntos y 6,8 rebotes en 28,5 minutos. Contra los Hawks rompió por completo esa barrera con 34 puntos y 15 rebotes. Él mismo habla de haber superado un muro mental.
«Es un obstáculo mental permitir que mi cuerpo se libere. Aunque no he tenido dolor ni problemas, siempre que he tenido una dolencia así me cuesta dejar de pensar en ello. Esta noche decidí jugar y que pasase lo que tuviese que pasar. Simplemente salí y jugué con mucha energía y mucha fuerza. Logré encontrar el ritmo», sentencia.
(Fotografía de Jerome Miron-Imagn Images)