Primer año de Lonzo Ball; segundo año de Brandon Ingram; cuarto año de Julius Randle… La juventud y talento de los actuales Lakers invita a pensar que tener paciencia y poner mucho trabajo es el camino acertado para alcanzar el éxito. Kobe Bryant lo comparte a medias.
Los problemas ofensivos que están persiguiendo a Ball, quien hasta el momento atesora un 32% en tiros de campo y un 24,6% en triples, han provocado una cascada de opiniones respecto a cómo puede mejorar. Kobe no entra a valorar los ejercicios técnicos que se puedan realizar. La leyenda de los Lakers apunta a la mentalidad del jugador y el grupo.
«Nosotros nunca pensamos: ‘Vale, vamos a ganar dentro de cuatro años’. Siempre pensábamos: ‘Este es nuestro año. Vamos a hacer tal cosa y vamos a empujar, empujar y empujar hasta mejorar’. Y en ese proceso, envuelto en ese tipo de impaciencia, te desarrollas. Si solo lo intentas con paciencia, nunca llegarás. Para los jugadores es una especie de paciente impaciencia», explica a Spectrum SportsNet antes de asegurar que «necesita mejorar ahora» en una alusión directa a Ball que extiende a otros jugadores como Kuzma o Randle.
El gen campeón
Comprender a Kobe no es difícil. El cinco veces ganador de la NBA con Lakers no llegó a tener ese palmarés por tomarse las cosas con calma, sino porque su deseo de victoria y superación no conocía límites. Perder partidos entra dentro de lo normal, sobre todo con un equipo que se encuentra en construcción, pero las derrotas deben doler y nunca ser fruto del conformismo. Dicho eso, no cabe duda de que los Lakers –triunfo incluido ante Philadelphia– están compitiendo realmente bien; eso sí, Bryant no quiere relajaciones.