Por mucha terapia o técnicas de motivación que los Lakers y Kobe Bryant puedan idear, el escolta tendrá que conformarse con un año sin pelear por nada importante. Tiene que asumirlo. El equipo no da para demasiado. Es más, bastante tendrá con evitar ser de los peores del Oeste.
Aun así, Bryant sigue tratando de arengar a sus compañeros en aras de despertar su motivación competitiva. Cuenta este jueves Mike Bresnahan, periodista de Los Angeles Times, que el veterano jugador puso en práctica una peculiar técnica de motivación en un entrenamiento reciente.
Visiblemente enojado, Bryant soltó un «ahora ya veo por qué perdemos tantos partidos. Somos tan suaves como Charmin –marca de papel higiénico–» en mitad de la sesión preparatoria. La lectura de cartilla no quedó ahí.
«Esto no iba para mí. No creí que el equipo estuviera trabajando duro», dijo un molesto Kobe a Mitch Kupchak cuando abandonaba el entrenamiento.
Young, el «indefendible»
Y más. Aunque no fuera en un tono conflictivo. Kobe y Nick Young intercambiaron pareceres durante el entrenamiento. Según Bresnahan, Young le dijo a Kobe: «Nadie en el mundo puede defenderme, nadie», aludiendo a una acción de uno contra uno. Más tarde Young aclaró que lo hicieron para dar lo mejor de sí en ese momento.
Después de todo, Bryant aclaró que «solo reto a los chicos, para ver qué pasa. Siempre he creído en lanzarles a la piscina para ver si pueden nadar o se hunden».
De otro mundo
Además, Kobe ironizó sobre su pique con Young. «Afortunadamente, no soy de este mundo», bromeó al respecto.