A Kyle Kuzma le gusta estar en el ojo del huracán. El jugador de segundo año de Los Angeles Lakers está completando una muy buena temporada; tanto es así que los elogios se han sucedido mientras el equipo se mantiene en la pelea por entrar en playoffs. Cuestionado por ese enorme seguimiento mediático que se da en la franquicia californiana, Kuzma no se siente molesto.
«No querría que fuese de manera diferente. Quiero que la gente hable de mí ya sea bien o mal. Porque si no lo hacen, es que hay algo que no estás haciendo bien. Prefiero que hablen mal de mí en Los Ángeles que jugar en Orlando y que no digan nada», señala a SiriusXM NBA Radio.
Su elección parece clara, pero que se cumple es otra historia. Hace días, con el cierre del mercado de traspasos apretando, su nombre era un fijo en todas las ofertas que los angelinos hacían llegar a New Orleans Pelicans por Anthony Davis. En verano se repetirá la historia.
Y es que Kuzma es una de las piezas más preciadas de los Lakers. Siendo número 27 del Draft de 2017, pocos esperaban que su rendimiento se midiese en estos momentos por 19,1 puntos y 5,6 rebotes en 32,7 minutos por noche, pero así es. Mantenerlo en el equipo suena muy bien. Sin embargo, con ese cartel es probable que muchos lo pidan a cambio si los Lakers quieren reforzar el equipo alrededor de LeBron James. Lo que es indudable es que Kuzma se ha aclimatado perfectamente a lo que supone jugar con los de oro y púrpura.
(Fotografía de Sean M. Haffey/Getty Images)