La debilidad de los dos All-Stars de Toronto en playoffs ha sido una losa para el equipo canadiense en los últimos años, incluso tras alcanzar las Finales del Este en 2016. El arranque de la serie ante los Bucks, pese a un eficaz DeMar DeRozan, no lo disipó al completo por culpa de un Kyle Lowry desconocido. En el segundo partido, y pese a no estar todavía al 100%, el base fue el de las grandes ocasiones. Sus apariciones fueron vitales para la victoria de los Raptors por 106-100.
Cuando tocaba
Even at 1. #NBAPlayoffs
Lowry's heroics clinch it for the @Raptors. TOR defeats the @Bucks 106-100.
Giannis: 24 PTS, 15 REB & 7 AST. pic.twitter.com/lqcpq5vUhW
— NBA (@NBA) April 19, 2017
La lesión de muñeca que le dejó más de un mes de baja tras el All-Star parece limitar su juego, pero no su confianza. Lowry terminó con 22 puntos, 5 asistencias, 4 rebotes y 3 robos. Números sin especial lustre, pero estuvo siempre presente en los momentos importantes de partido, incluyendo la canasta definitiva que decidió el duelo.
No fue Lowry el único jugador que mejoró prestaciones respecto al desafortunado debut canadiense. Jonas Valanciunas, aunque irregular, tuvo buenos momentos en la pintura con 10 puntos y 10 rebotes (5 ofensivos), mientras que los triples de Cory Joseph (11 puntos, con 3/4 desde fuera del arco), dieron aire a la segunda unidad. Más consistentes, DeMar DeRozan aportó 23 puntos y Serge Ibaka, pese a sus problemas de tobillo, terminó con 16 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias.
Un rival inconsistente
Giannis hasn't stopped dunking this #NBAPlayoffs@Bucks are on a 7-0 run on @NBATV! pic.twitter.com/jmMJVp04B7
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Milwaukee vivía con Giannis Antetokoumpo en cancha (24 puntos, 15 rebotes, 7 asistencias) y moría con el griego en el banquillo. Su ataque se volvía más lento y predecible, y su defensa menos pegajosa. Los 20 puntos de Khris Middleton y los 18 de Greg Monroe, de nuevo demoledor atacando la pintura de Toronto, mantenían a tiro a los Raptors, pero sin poder arrebatarles el control del partido.
Los dos minutos finales fueron un concierto de errores ofensivos, pero de ese espeso paisaje sobresalió Kyle Lowry. A 8 segundos del final, una impecable canasta del base desde media distancia, pese a la convicente defensa de Malcolm Brogdon, dejó una ventaja de cuatro puntos ya irrecuperable. Era el cierre para enviar la eliminatoria a Milwaukee con empate a 1, un botín que hubiera podido ser mayor para los Bucks sin Kyle Lowry.