Quién hubiera pensado que Boston Celtics podría levantarse de las dos derrotas iniciales y de la tragedia de Gordon Hayward con nueve victorias consecutivas —mejor racha NBA de siempre después de dos tropiezos seguidos—; seguramente, los mismos que imaginaban que Kyrie Irving iba a ser líder en robos después de tres semanas de competición. Ni los que llevan las toallas, vaya.
El base de los Celtics ha añadido a su juego una optimización hasta ahora desconocida en su defensa. Con 24 de cómputo total hasta el momento, Irving lidera la liga en recuperaciones brutas. 2,2 por partido, lo que supone un tremendo avance respecto a sus temporadas anteriores en Cleveland (nunca pasó de 1,5 y el pasado curso registró 1,2).
Someterse a la terapia Brad Stevens sin duda ha ayudado a Irving a elevar sus prestaciones en ambos paisajes del juego. En ataque, con más responsabilidad que nunca y también siendo el ancla que debe involucrar a sus compañeros —junto a Al Horford—, casi al modo que lo hacía LeBron en los Cavs. Y también el salto en defensa es latente, con su exponencial crecimiento en robos. No en vano los Celtics son la mejor defensa de la NBA (94.5 puntos por partido) y también tienen el mejor promedio de puntos encajados por 100 posesiones (98,2).
De todo eso se ha empapado Kyrie Irving, el sorprendente líder de la liga en robos en estos momentos.