Kyrie Irving, listo para aceptar las responsabilidades en Brooklyn

Año tremendamente ilusionante en Brooklyn. Y los grandes culpables de que se haya generado esa expectativa son Kevin Durant y Kyrie Irving, incluso a pesar de que el primero de ellos tenga que estar casi todo el curso fuera por lesión. Durante todo ese tiempo de recuperación, Irving es el jugador llamado a tomar las grandes responsabilidades de un equipo que la campaña anterior ya se vio que funcionaba teniendo a D’Angelo Russell en sus filas; y que en esta ocasión, ya sin Russell en la plantilla, va a necesitar de la versión más madura y asentada de Irving para continuar esa línea ascendente que han ido creando.

El base, tal y como él mismo ha recalcado durante el Media Day de los Nets, llega a Brooklyn con «una mentalidad fresca» y orientada hacia la honestidad». Estas palabras suponen dejar atrás el mal recuerdo de su salida de Boston, donde no llegó a ofrecer el rendimiento de líder que se esperaba de él. «Muchas de las batallas que creía que podía librar en los Celtics, he de reconocer que no estaba tan preparado. Fallé a mis compañeros, no les di todo de mí durante la pasada temporada. En cuanto a ser un líder y lograr unir a todos bajo un mismo objetivo, fallé», señaló el jugador.

Y es que Irving, cuando dio comienzo la pasada temporada, dijo en varias ocasiones que planeaba volver a firmar con el equipo. Que se quería quedar más años en los Celtics. Sin embargo, a finales de octubre su abuelo falleció y todos esos planes quedaron en un segundo plano. Irving guardaba una relación tremendamente estrecha con su abuelo, y eso generó que el baloncesto y todo lo que le rodea dejaran de tener tanta importancia en la cabeza del point guard.

«El baloncesto y la alegría por jugar se me fueron. Durante todo el año tuve la misma expresión en la cara. No dejé que nadie se acercara a mí para ayudarme. No tomé los pasos necesarios para haber ido a terapia o que alguien me ayudara. Nunca había tenido que lidiar con que alguien de mi entorno falleciera», esgrimió. «Me empecé a comportar de maneras que no son propias de mí».

Esa versión ermitaña y malhumorada de Irving en Boston parece haber dado paso a otra algo más reflexiva en Brooklyn. Cuando supo del interés que tenían los Nets en traerle, Irving se mostró bastante receptivo con ese primer tanteo. Y eso acabó derivando en que el base se involucrara a la hora de presionar como reclamo para otras grandes estrellas, como acabaron siendo Durant o incluso DeAndre Jordan.

(Fotografía de portada de Photo by Emilee Chinn/Getty Images).


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