¿Al mal tiempo buena cara? Quizás. En Brooklyn han visto acabar su temporada antes de lo que deseaban, pero puede que no de lo que esperaban. El desarrollo del curso ha sido convulso y en ningún momento han encontrado una línea de juego que les permitiese asentar el proyecto. Dentro de los contratiempos que han debido sortear, el más tangible es el protagonizado por Kyrie Irving, cuyo rechazo a la vacuna le tuvo meses sin jugar, para pasar luego a hacerlo a tiempo parcial y finalmente poder disputar también los partidos como local. El base admite que han sido meses duros y que lo ocurrido se ha convertido a veces en una distracción a nivel general.
«Creo que esta temporada fue muy fuerte emocionalmente. Todos sentimos mucho lo ocurrido. Sentí que estaba decepcionando al equipo llegado el momento en el que no podía jugar. Estábamos intentando hacer valer todas las opciones para que yo jugara, pero nunca quise que se tratara solo de mí. Creo que a veces se convirtió en una distracción. Y como ven, por el camino hubo algunos cambios drásticos», expresa.
Eliminados con un contundente 4-0 por Boston, los neoyorquinos deben mirar ahora al futuro, ese que esperan sea mucho más exitoso con Kyrie jugando desde el principio del curso junto a Kevin Durant y un Ben Simmons recuperado; claro que ello depende de que Irving continúa en el equipo. Así responde al respecto y teniendo en su poder una opción de jugador para el curso 2022-23 por valor de 36,5 millones de dólares.
«No planeo ir a ningún lado. No hay dudas sobre dónde estaré y cómo va a desarrollarse esto. Estoy aquí con Kevin, pero también para construir un gran equipo. He promediado tantos puntos, he hecho tantas cosas… Individualmente, he sido muy reconocido, pero en este punto de mi carrera realmente solo quiero ser parte de un gran equipo. Quiero dominar de esa manera y no enfocarme los elogios y logros individuales. Quiero construir algo especial, ese es mi enfoque para el verano, construir con mis compañeros de equipo».
Durant, cabeza alta y mirada al frente
En la serie con los Celtics Kevin Durant ha sido muy señalado. La defensa de los verdes le ha asfixiado por momentos y le ha impedido anotar a su nivel habitual. Pese al mal trago, Durantula entiende que no es momento de pararse a pensar lo ocurrido, sino de seguir adelante y mejorar para la próxima batalla.
«No me arrepiento. Las cosas simplemente suceden. No hay que llorar por la leche derramada. Se trata de cómo podemos progresar y mejorar a partir de aquí. Hemos pasado por muchas cosas este año. Todos en la organización saben por lo que pasamos. No hay tiempo para sentir arrepentimiento o estar demasiado enojado. Se trata de cómo podemos encontrar soluciones para mejorar, ser proactivos como organización para mejorar. Incluso los mejores equipos no se detienen en lo que hacen, solo intentan seguir mejorando. En nuestro caso, sabemos cuáles fueron nuestros errores y solo tratamos de convertirlos en fortalezas, pero no podemos arrepentirnos de lo hecho, simplemente se jugó como se jugó», sentencia.
(Fotografía de Al Bello/Getty Images)