No existen unas Finales de la NBA sin una buena dosis de polémica. En el TD Garden de Boston se juntaron todos los ingredientes incluso antes de comenzar el tercer partido de la serie. Y es que los calentamientos previos al duelo tuvieron que detenerse debido a que el aro del lado de los Warriors estaba ligeramente más alto de los 10 pies obligatorios. Diversos técnicos tuvieron que utilizar la cinta métrica y después reconfigurar la canasta para ajustar de nuevo la altura.
En un equipo que tiene tanto talento para lanzar como los Warriors el tema de la altura del aro no es una cuestión menor. Cuando alguien como Stephen Curry nota que algo anda mal, probablemente vale la pena investigarlo. En este caso resultó que los jugadores de Golden State tenían razones para estar preocupados.
En la competición de alto nivel el más mínimo desajuste en un aro puede desviar un tiro, especialmente debido a la memoria muscular automatizada a la hora de lanzar a canasta. Lo más probable es que se tratase de un error honesto, ya que los equipos cambian de lado después del medio tiempo. Sin embargo, resulta extraño ya que el personal del pabellón habitualmente confirma la altura de los aros mucho antes de que los equipos tengan la oportunidad de calentar.
Como no podía ser de otra manera, la polémica se desató a través de las redes sociales. Muchos aficionados comenzaron a propagar teorías conspiranoicas que, a pesar de no tener ninguna base sólida, ayudan a conformar el relato competitivo de esta eliminatoria. Más allá de esas hipótesis, lo único cierto es que los jugadores de los Warriors dispusieron de menos tiempo para calentar del habitual debido a este incidente.
(Fotografía por Maddie Meyer/Getty Images)