Anthony Davis y DeMarcus Cousins se mostraron imparables ante unos Dallas Mavericks que acabaron cediendo tras un marcador final de 121-118.
Davis cosechó 30 puntos y 13 rebotes, y Cousins 29 puntos, 6 asistencias y 16 rebotes tras perderse las últimas dos jornadas por unas molestias en su tobillo. Con ambos en pista, New Orleans ha ganado en cuatro de los últimos cinco partidos.
«Sé que ahora mismo es la era del small-ball. Pero creo que tenemos la oportunidad de cambiar las cosas, ya sabes, cambiar el estilo de baloncesto que tenemos ahora mismo. «Es solo cuestión de tiempo», explicó Cousins.
A pesar de sus recientes problemas físicos, el ex-jugador de Sacramento Kings se marchó hasta los 40 minutos de juego para completar un 9/19 en tiros de campo, y un 10/12 desde el tiro libre.
Carlisle olió el peligro
En las declaraciones antes del partido, el técnico de Dallas, Rick Carlisle, ya comentó lo complicado que sería frenar a la dupla de New Orleans. Y, tras el resultado, solo pudo reafirmarse en sus ideas. «Ambos son muy grandes jugadores. Si esos tipos permanecen el tiempo necesario en pista, lo van a resolver, y se va a convertir en un asesinato», destacó.
«Son un combo muy duro», señaló Dirk Nowitzki. «Una vez que consigan completar una pretemporada juntos, si se mantienen saludables, van a ser muy difíciles de parar», destacó.
El jugador alemán fue el máximo exponente de los Mavericks con 23 puntos, 7 rebotes y 2 asistencias, seguido por Harrison Barnes y Seth Curry con 19 y 18 tantos respectivamente.
Harris, expulsado
Devin Harris solamente disputaría 6 minutos al ser expulsado por doble técnica a principios del 2º cuarto tras una sonora protesta al colegiado Ben Taylor. Sus compañeros tuvieron que sacarle de la pista para que el incidente no fuera a mayores. «La verdad es que nunca le había visto tan molesto», admitió Rick Carlisle.
«Le golpearon en algunas jugadas, sacó los codos, y aún así le siguieron golpeando. Simplemente reaccionó, y con razón», señaló Nowitzki.