La defensa de Phoenix, muro infranqueable para Boston

Phoenix está firmando una buena temporada, y lo está haciendo principalmente desde la defensa. Anoche, en un partido en el que el acierto en el triple no le acompañó, lograron dejar a los Celtics en 91 puntos para conseguir la que es su quinta victoria en los seis últimos encuentros.

No es novedad ver a la defensa de los Suns a gran nivel. En el presente curso son la quinta mejor al permitir solo 107,5 puntos por cada 100 posesiones. En la actual racha positiva (cinco victorias en seis partidos) han dejado a su rival por debajo de 100 puntos en tres ocasiones (llevan cinco en la temporada).

Esa eficacia defendiendo el aro fue la que les permitió romper un igualado partido en el tercer cuarto; tanto es así que los de Arizona se colocaron hasta 17 puntos arriba (76-59). Pese a tal renta, Boston reaccionó hasta el punto de ponerse solo a tres puntos a falta de un minuto con triple de Payton Pritchard (94-91). Los verdes se dieron la oportunidad de ganar, pero acabaron quedándose en la orilla.

«Esta no fue nuestra mejor noche lanzando a canasta. Le he dicho al equipo que no estoy desanimado ya que sé que habrá partidos como este. Realmente podría haber sido peor dada la manera en la que hemos tirado», comenta Brad Stevens, entrenador jefe de los Celtics, en relación al 35,5% que tuvo su equipo en tiros de campo.

En un encuentro complicado a nivel ofensivo, Jayson Tatum se marchó hasta los 23 puntos con un 8 de 22 en el lanzamientos, mientras que Kemba Walker se quedó en 14 puntos con un doloroso 4 de 20. Las bajas de Jaylen Brown y Marcus Smart se siguen notando en Boston.

Por parte de Phoenix, hasta cinco jugadores estuvieron entre 15 y 19 puntos, destacando el doble-doble de 16 puntos y 11 rebotes de DeAndre Ayton, así como los 18 puntos, 11 asistencias y 7 rebotes de Devin Booker.

Vuelven los aficionados

Los Suns contaron con público en su cancha por primera vez en el presente curso. Con el aforo limitado a 1.500 asistentes, la franquicia regaló entradas a personal de sanidad que se repartió por la cancha en grupos de dos a cuatro personas. «Fue algo increíble. Salir y ver a gente en las gradas, y no esas imitaciones de cartón, fue algo nuevo y fantástico para nosotros», explica Monty Willians, entrenador de los locales.

(Fotografía de Christian Petersen/Getty Images)


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