De poder meterse tres cuartas partes de las Finales en la saca, a volver a pasar el cartel de favoritos, por poco, a los Warriors.
El Game 4 de las Finales de la NBA fue atípico, ya que, tal como habían transcurrido los últimos dos encuentros, no era de esperar una victoria cómoda y holgada por parte de Golden State.
La victoria fue tan plácida para el equipo que dirige Steve Kerr que estuvo a dos puntos de romper un récord histórico.
Los Cavaliers se quedaron a dos tantos de protagonizar la derrota más abultada de una ronda final jugando como local, según ESPN Stats.
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Antes que ellos, los Rockets de Moses Malone habían caído ante los Celtics de Larry Bird por 23 puntos de distancia en Houston, en 1981.