«Quiero ser mejor que un All-Star«. Esta fue la frase que dijo Ben Simmons ante de empezar la temporada 2023-24 de la NBA. Tras un verano sin problemas físicos y pudiendo entrenar y jugar a pleno rendimiento, el jugador de 27 años esperaba de sí mismo una progresión que llevase a ser al menos lo que era antaño. Pues bien, lo único que ha regresado por ahora son sus dolencias en la espalda.
En las últimas horas hemos sabido que el jugador de Brooklyn estará alejado de las canchas más de una semana a causa de un pinzamiento nervioso en la espalda, dolencia que fue descubierta a través de una resonancia magnética y que le ha provocado problemas continuos en la cadera. Su entrenador, Jacque Vaughn, admite que ha sido un golpe importante para su pupilo.
«Ya sabes, estos atletas quieren jugar y contribuir. Y ninguno quiere salir lastimado. Lo ocurrido es algo que nadie quería. En ese momento estábamos tratando de realmente lograr que nuestro grupo estuviese completo y saludable para poder formar una identidad juntos y que él fuese parte de ella. Ben ha aportado un elemento a nuestro equipo que es insustituible por el estilo con el que juega y las cosas que hace en beneficio del equipo», comenta antes de dejar claro que es optimista.
«Voy a adoptar un enfoque positivo ante esto y espero que dentro de una semana se sienta mejor cuando tengamos una actualización sobre su estado físico, pero repito, ningún atleta quiere estar lesionado», sentencia.
La realidad es que Simmons no termina de estar bien. Con el encuentro de este martes, van ya cuatro consecutivos en los que no puede saltar a la pista. Es seguro que se recuperará y volverá a jugar, pero no tanto que pueda hacerlo de manera continuada. En lo que va de campaña ha firmado un promedio de 6,5 puntos, 10,3 rebotes y 6,7 asistencias.
(Fotografía de Dustin Satloff/Getty Images)