«Ya veremos«. Así de interrogante se mostró Julius Randle al ser preguntado si estaría en el primer partido de la liga de verano de Las Vegas que disputarán los Lakers contra los Raptors el viernes. «Es una especie de realidad que se escapa de mis manos en estos momentos. Estoy listo para jugar, pero no está en mis manos».
Esa realidad a la que se refiere el rookie de los californianos tiene que ver con el futuro desarrollo que tenga la agencia libre para los angelinos. A falta de conocer qué jugadores podrán firmar, los Lakers quieren guardarse todo el espacio salarial posible para acometer cualquier operación, y es justo aquí donde el contrato de Randle entra en juego.
Gran parte del salario de los rookies está garantizado. En el caso del alero nacido en Dallas estamos hablando de 2.497.800 dólares, una cifra que los equipos pueden aumentar en un 20% para sus primeras rondas, y que en el caso de los elegidos en las primeras posiciones, como Randle, número 7, suele ser la norma general. Con todo ello, tenemos que la retribución de Randle podría llegar hasta los 2.997.360 dólares, una diferencia de 500.000 dólares que los Lakers podrían emplear en la agencia libre tal y como ha explicado el experto en el CBA Larry Coon.
Debut incierto
Lo que podría ser una simple formalidad alcanza mayor trascendencia de cara al inicio de las ligas de verano, época en la que los rookies empiezan a foguearse y entrar de cierto modo en la dinámica de la NBA, y en la que Randle podría causar baja en principio, ya que sin firmar el contrato no podrá jugar.
Bien físicamente
Tras ser drafteado con el miedo a que tuviese que pasar por el quirófano, un especialista en lesiones de pies ha determinado la semana pasada que Randle está en perfectas condiciones para empezar a jugar, por lo que el hecho de que no pueda debutar ha pasado a ser una cuestión únicamente burocrática, tal y como se informa desde ESPN Los Angeles.