Cambios interesantes en la normativa de la G League. A modo de experimento, la liga de desarrollo probará este año una medida por la cual en cada viaje a la línea de tiros libres solo se efectuará un lanzamiento, que podrá valer uno, dos o tres puntos en función de la falta que lo haya propiciado, según ha informado Zach Lowe, de ESPN.
Esta medida, no obstante, no se aplicará en los últimos dos minutos de partido o en las prórrogas, periodo en el que se realizarán los tiros libres de la manera habitual. Tampoco habrá cambios en las faltas más canasta (2+1 o 3+1), que se seguirán ejecutando de la misma forma.
Más corto, más dinámico
Esta idea, desarrollada en común por la G League y la NBA, tiene como finalidad reducir el tiempo de partido y dinamizar el juego, reduciendo los parones que se producen cada vez que un jugador acude al 4,60. Según Brad Walker, jefe de operaciones de la Liga, esta medida acortará cada encuentro entre seis y ocho minutos aproximadamente.
No obstante, no han tardado en surgir determinadas quejas, en este caso debidas al aspecto estadístico. Según los análisis, los jugadores son más precisos en su segundo y tercer intento desde el tiro libre que en el primero, lo que podría invitar a pensar que esta medida haría decaer los porcentajes de acierto medios. «Quizás haya un ligero retroceso en ese sentido» reconoció Walker, «pero creo que en general la medida le vendrán bien a la competición».
Esto, sin embargo, trasciende le mera estadística, pues podría hacer que la estrategia de las faltas intencionadas resulte más eficaz, ya que aumentaría el porcentaje de veces que el equipo que recibe la falta no suma ningún punto. La idea de no aplicar esta medida en los dos últimos minutos tiene como objetivo evitar esto, aunque está por ver cómo afecta este supuesto al resto del partido, ya que se podría caer en el sinsentido de que una norma creada para agilizar los partidos acabe sirviendo para incentivar el hecho de hacer faltas.
¿Futuro de la NBA?
En la NBA estarán sin duda pendientes de cómo funciona esta nueva norma, pues agilizar el ritmo de partido ha sido una de las principales preocupaciones de los últimos tiempos. Si esta se torna útil, es probable que la veamos aplicarse también en la máxima competición, aunque de momento todo está en un periodo de prueba. De hecho, la propia G League reevaluará a final de curso si continuar con ella o no, por lo que quizás todo acabe resultando una simple anécdota.
(Fotografía de portada: Gregory Shamus/Getty Images)