Hace una década, Golden State sorprendió al mundo eliminando a uno de los favoritos para el anillo, los Mavericks del MVP Dirk Nowitzki. Aquellos Warriors se cargaron a Dallas en primera ronda, por un claro 4-2. Eran los días de Matt Barnes, Stephen Jackson, Baron Davis o Monta Ellis. Despúes, en las semifinales del Oeste cayeron ante los Jazz.
Pero aquello dejó la impresión de que esos Warriors podían llegar más lejos con que añadieran una pieza de renombre más. Y esa pieza pudo no ser una cualquiera, sino ni más ni menos que Kevin Garnett, entonces en los Timberwolves.
“Estuvo muy cerca, pero fue vetado”, ha asegurado Chris Mullin, entonces vicepresidente de la franquicia, quien en declaraciones para Mercury News afirma que diez años atrás KG estuvo a punto de vestir la camiseta de los Warriors. “Teníamos un acuerdo. Kevin Garnett estaba listo para moverse, él era muy selectivo pero le gustó nuestra situación”.
Sin embargo, Chris Cohan, el dueño de los Warriors, vetó el traspaso. “Económicamente no estaban dispuestos”, apunta Mullin acerca de la operación.
Lo que sucedió es que Garnett puso rumbo a Boston, donde en su primer año consiguió el anillo de campeón con los Celtics.