Primer partido oficial de Luke Walton como entrenador de los Lakers, primera victoria. La era post-Kobe se estrenó en el Staples Center con una ilusionante victoria liderada por la nueva generación de la franquicia angelina. Jugadores aún con mucha progresión por delante como Jordan Clarkson, D’Angelo Russell y Julius Randle llevaron el peso del partido, derrotando a Houston por 120-114 pese a la actuación de un James Harden que se mostró letal desde la posición de base.
La estrella de los Rockets, reconvertido a director de juego por su nuevo entrenador Mike D’Antoni, combinó su agresividad habitual entrando a canasta con una eficaz distribución, terminando con 34 puntos y 17 asistencias. Números solo alcanzados en el siglo XXI por Baron Davis y Chris Paul, mostrando todo su potencial en esta faceta. Eso sí, al final los Lakers pudieron encontrar la fórmula para atenuar el impacto de Harden, quien a la vez terminó con 7 pérdidas, en un duelo nada caracterizado por las defensas.
Frenesí anotador
El baloncesto alegre de Luke Walton y Mike D’Antoni tuvo claro reflejo en el primer cuarto, con un abultado resultado de 38-38 entre ambos equipos. El ritmo acabaría ralentizándose por pura supervivencia, aunque los jugadores que terminaron más frescos de este frenético inicio acabarían marcando la diferencia. Los jóvenes de los Lakers llegaron con la cabeza y las piernas más fresca al final. Al acierto exterior de D’Angelo Russell (4 triples) se le sumó al final un hiperactivo Jordan Clarkson, capaz de dar el último tirón al partido con su esfuerzo a ambos lados de la cancha.
El escolta acabaría su gran noche con 25 puntos (8/12 en tiros de campo) y 3 robos de balón, uno vital en el último minuto que dejó el duelo visto para sentencia. Por su parte, D’Angelo Russell terminó con 20 puntos y Julius Randle, con buenos minutos jugando de pívot, con 18. Por parte de Houston, aparte de los espectaculares aunque infructuosos números de Harden, Eric Gordon acabaría con 19 puntos y el suizo Clint Capela con 16 y 9 rebotes.