La magia de Doncic llega también a Minnesota

Se ha llegado a un punto en el que parece difícil hablar de Luka Doncic sin caer en los mismos tópicos de siempre, pero hay veces en las que el esloveno no deja otra opción. Cuando por enésima noche ofrece un recital de baloncesto y muestra cualidades con las que hombres mucho más veteranos sueñan, se hace imposible no reciclar expresiones como «impensable para su edad» o «potencial MVP». Porque te obliga. Y es que, cualquiera que haya visto el encuentro disputado anoche en Minnesota sabe que la victoria de los Mavericks por 115-119 no se explica sin él.

Luka se ha convertido ya en un fenómeno. Como ocurría con Stephen Curry por allá por 2015-16 (salvando la obvia distancia de nivel), todo el mundo está pendiente de los partidos de Dallas simplemente para ver qué es capaz de hacer esta vez. Twitter se llena de comentarios con su nombre, tus amigos te envían mensajes preguntando si estás viendo su nueva actuación… Hay varios jugadores objetivamente mejores, pero muy pocos pueden presumir de generar este efecto llamada tras 40 choques en la NBA. Y no puede decirse que no se merezca semejante nivel de atención.

Nacido para el ‘clutch’

Anoche, con 29 puntos, 12 asistencias y 8 rebotes, volvió a coquetear con el triple-doble, pero esto es casi lo de menos. Lo que realmente impresiona es cómo, cuando los Mavericks se vieron por debajo a falta de 1:40 para el final (111-110) después de haber ido ganado durante prácticamente todo el partido, su respuesta natural fue buscar a Doncic. Fue casi un instinto de supervivencia. Dársela a él y ver qué inventa. Y vaya si inventó.

Comenzó con una penetración que culminó por encima de Karl-Anthony Towns, pero los Wolves respondieron con una canasta de Jeff Teague. Luka volvió a la carga con una nueva penetración, esta vez finalizada con un poderoso mate, pero Minnesota recuperó de nuevo la ventaja con un palmeo de Taj Gibson. Carlisle pidió tiempo muerto con 35 segundos por jugarse, y ya nadie dudaba para quién iba a ser la siguiente bola.

El rookie estuvo a punto de echar por tierra su actuación, pues su saque de banda fue interceptado por Taj Gibson, pero tras una secuencia un tanto caótica el balón acabó volviendo a sus manos. Ahí fue cuando demostró su instinto asesino. Le dio igual llevar un 1/8 en triples hasta el momento, tener delante a Towns, o que quedasen 22 segundos por delante. Doncic apuntó, disparó, y convirtió el triple que suponía el 115-117 y que, a la postre, dio el triunfo número 20 para Dallas. Porque así ganan partidos los grandes jugadores, y él ya es uno de ellos.

Sin premio para Towns

Frente a él, Luka tuvo a un inconmensurable Karl-Anthony Towns que estuvo cerca de arruinar la noche a los texanos. Es más, quizás de no haberse perdido bastantes minutos por problemas de faltas el resultado del partido habría sido otro, pues los minutos que el pívot estuvo fuera de la pista se saldaron con un -18 para Minnesota.

El número 1 del Draft de 2015 acabó con 30 puntos, 11 rebotes y 4 tapones, y fue el principal artífice de que los Wolves forzasen un final apretado. Los de Saunders pasaron gran parte del último periodo alrededor de 10 puntos por debajo en el marcador, pero, con 12 tantos en los últimos 8 minutos, Towns se encargaría de apretar el duelo. No obstante, no fue capaz de poner la guinda a su actuación con una última canasta, pues la defensa de Dallas le impidió recibir en la posesión decisiva y el duelo cayó del lado visitante.

(Fotografía de portada: Ronald Martínez/Getty Images)


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