El primer partido de la semifinal de conferencia entre Toronto Raptors y Clevelan Cavaliers se vivió con un sabor especial. Tras dos eliminaciones consecutivas a manos de LeBron James, los canadienses sentían que este era su momento, un pensamiento que El Rey les acabaría negando. Pero más allá de lo que se vio en pista, el encuentro tomó un cariz inesperado cuando esa tensión se trasladó a la grada, exactamente a la zona en que suele seguir los partidos Drake.
Según comentó el Kendrick Perkins, quien protagonizó junto a Drake una acalorada discusión en el descanso del partido, este último se metió sin ser invitado en una conversación que mantenía con su amigo Serge Ibaka. Tan encendido se mostró Drake que según Toronto Star citó al ahora ayudante de los de Ohio a verse las caras fuera del pabellón. Eso no ocurrió, pero la NBA tomó nota y ha terminado por dar un aviso al músico, según informa USA Today.
No está claro en qué ha consistido la advertencia o si los Raptors, quienes también han tratado el incidente con Drake, le han impuesto algún tipo de castigo. Lo único seguro es que la Liga debía hacer algo, ya que Drake ha violado sobradamente el código de buena conducta con el que deben regirse de los aficionados. Según estas normas, ningún espectador puede perturbar el juego de ningún modo, ya sea con gestos o lenguaje inapropiados. Además, tampoco podrán pelearse, arrojar objetos o ingresar a la cancha; cualquiera que incurriese en una de estas últimas acciones debería ser expulsado.
Drake vio el partido entero y esta noche es seguro que volverá a estar en su asiento siguiendo el choque entre Raptors y Cavs. Esa es la realidad, pero no está de más que la NBA ponga freno a una confrontación que nunca debería haberse dado y que no deja en buen lugar a la competición.