El Rockets-Warriors de cuartos de final de la Copa NBA se decidió de una manera bastante polémica. Con Golden State ganando por un solo punto, los árbitros señalaron una falta personal a Kuminga cuando peleaba con Jalen Green por un balón dividido en el aro de Houston, lo cual indignó a Steve Kerr, que aseguró no haber visto nada así nunca y quien indicó que se debería haber dado concedido un tiempo muerto a los texanos, que lo estaban pidiendo, si los colegiados de verdad creían que tenían la posesión. Algo que, según el Last 2 Minutes Report de la NBA, no es exacto.
La liga ha respaldado la decisión de los colegiados, indicando que Kuminga sitúa sus brazos por encima de Green y, en un intento de llegar al balón, le tira hacia abajo por los hombros. No obstante, el informe no termina de quitar la razón a Kerr, quien no discute tanto que, estrictamente hablando, la falta sea correcta, como el hecho de que se trata de una acción que no acostumbra a pitarse nunca como tal y que otorga a los Warriors un castigo muy severo (los dos tiros libres que decidieron el choque) por una acción a 20 metros de su aro.
«Nunca he visto algo así en mi vida, es ridículo» afirmó el técnico. «Nunca he visto que, con el partido en juego, se pite una falta en una situación de salto entre dos a 20 metros del aro. Me parece inconcebible. ¿Hay dos jugadores en el suelo y decides darles dos tiros libres para que ganen en el partido? Déjales pedir el tiempo muerto y que los jugadores decidan. Así es como se arbitra. Sobre todo porque todo el partido ha sido una pelea continua y no han pitado nada».
Esta decisión privó a Golden State de clasificarse para las semifinales, dando a Houston un billete para Las Vegas. Allí, los texanos se medirán a unos Thunder que llegan como favoritos a llevarse el torneo, pero que tendrán que vérselas con el hambre de unos Rockets que quieren confirmar su crecimiento llevándose el primer título del año.
(Fotografía de portada de Al Bello/Getty Images)