Desde luego que anoche pudo dormir de manera más que plácida.
Con una plaga de bajas que no puede obviarse, los Suns lograron plantar cara a los Hawks, echándose el triunfo al bolsillo en un último minuto de auténtica locura en el que podría haber sucedido cualquier cosa.
Pero lo que pasó fue que los de Phoenix vencieron por 98-85, destilando en el camino una actuación portentosa y llamativa cuanto menos: fue la noche de Archie Goodwin.
El jugador de los Suns terminó con 24 puntos en su haber, pero hubo dos momentos de clímax en el guión del partido que le hicieron explotar de alegría cuando éste consumió su último segundo.
Arrasando el aro
Último cuarto. Sube la bola el mismo Goodwin, que decide que ésa es la suya.
Ni la oposición de su defensor ni ver que aún le quedan demasiados metros hasta la pintura de Atlanta suponen un impedimento en su aventura. Según avanza metros, va quedando cada vez más clara su intención de lo que tiene en mente. Y una vez llega a esa meta marcada, el resultado es una delicia.
Héroe final
Tras ese intercambio de jugadas locas que se dieron en el último minuto, el marcador estaba empatado a 95. Y llegó el otro momento de Goodwin.
Asumió galones, y a falta de 0,1 segundos enganchó un triple que culminaría su actuación, la victoria para el equipo y el fin a un cúmulo de partidos en los que parecía que la oscuridad no iba a salir de Phoenix.