Corría el año 2010 y LeBron James hacía pública su determinación de abandonar Cleveland Cavaliers para firmar con Miami Heat. The decision no se quedó ahí. Los aficionados de los Cavs, en gran número, tomaron su partida como una traición que les llevó a quemar la camiseta de quien hasta entonces era su ídolo.
Tras aquella primera experiencia, la imagen se ha repetido con otras estrellas de la liga, ya sea para expresar realmente el descontento o simplemente para llamar la atención. Lo sorprendente ha sido ver una reacción similar en algunos ‘aficionados’ de Boston con Isaiah Thomas, quien en ningún caso ha salido por decisión propia de Boston, sino traspasado. Así, su nuevo compañero, LeBron James, ha cargado contra aquellos aficionados que, sin sentido alguno, llevan a cabo acciones como ésta.
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Esas son las imágenes y esta es la reacción, vía Twitter, de El Rey. «¡Quemar camisetas ya se ha vuelto ridículo! Este hombre fue traspasado. Es que no entiendes que incluso ha jugado después de la trágica muerte de su hermana. Gordon Hayward también tenía pagada su deuda y decidió lo mejor para él y su familia. Trabajó mucho, mejoró y se convirtió en All-Star. Si estos chicos no hubiesen sido buenos, hubieseis sido los primeros en decir ‘échenles de aquí’, comenta antes de reseñar el doble rasero que se tiene según quién tome las decisiones.
«Cuando nosotros decidimos hacer lo mejor para nosotros es que somos un ‘cobarde’, un ‘traidor, etc. Pero cuando se está desde el otro lado se trata del ‘negocio’. Haz lo que sientas mejor para tu profesión, tu amor, tu familia, tu felicidad y continúa esforzándote por crecer», finaliza.
La sinrazón
A LeBron James no le faltan motivos para expresarse así. El simple hecho de quemar una camiseta es reprobable por sí solo, pero si a eso le unimos que el jugador señalado ni siquiera se ha ido por su pie, sino traspasado, ya no hay cómo defenderlo. A eso se le suma la reflexión acertada de James. Cuando un equipo busca una situación ventajosa deshaciéndose de un jugador se trata del día a día del negocio. Si es el jugador el que decide cambiar de aires, es un cobarde.