LeBron James empezó su noche cumpliendo con humor su apuesta perdida con Dwyane Wade para acabar enfurecido con el mal momento de su equipo. Una nueva derrota, la tercera consecutiva de los Cavaliers, fue la chispa para que el MVP de las últimas Finales decidiera dar un toque de atención al resto de la organización, declarando con toda claridad que «la luna de miel se ha terminado».
Deuda de honor
The moment has FINALLY arrived! @KingJames rocking the @Cubs gear to honor his World Series bet payoff to @DwyaneWade. 🐻 pic.twitter.com/9WCgGAILt2
— UNINTERRUPTED (@uninterrupted) December 2, 2016
Coincidiendo con las pasadas Series Mundiales de béisbol que enfrentaban a las ciudades de sus amores, LeBron James hizo una apuesta con su ex-compañero Dwyane Wade. Si los Cleveland Indians ganaban el título, Wade se vestiría de jugador del equipo campeón en la primera visita de los Bulls a Cleveland, pero si lo hacían los Chicago Cubs, LeBron James haría lo propio en la Ciudad de los Vientos. Tras remontar un 3-1 (irónicamente, lo mismo que James hizo en las pasadas Finales NBA ante Golden State), los Cubs rompieron una sequía de 108 años sin título e hicieron perder la apuesta a la estrella de los Cavaliers.
«La luna de miel se ha acabado»
LeBron: "We just have to get out of the honeymoon stage. It's a new season. It's time to play real ball." #Cavs pic.twitter.com/JwpHWGZXO5
— Josh Tolentino (@JCTSports) December 3, 2016
Ante la divertida mirada del propio Dwyane Wade y de las cámaras de televisión, LeBron James se presentó en el United Center con el uniforme completo de los Cubs. Fue el primer paso de una noche que fue de mal en peor para el alero, que acabaría perdiendo su partido ante los Bulls en una mala segunda mitad donde acabaría perdiendo 6 balones, pese a acabar con 27 puntos y 13 asistencias. En sus declaraciones posteriores, James no se mordió la lengua.
«El año pasado es el año pasado y, tras la noche del anillo, se acabó», declaró la estrella de los Cavaliers. «Ahora estamos en una nueva temporada, todo el mundo va a por nosotros cada noche y tenemos que entender eso. La luna de miel se ha acabado y es el momento de jugar baloncesto de verdad y ser físicos, especialmente en las trincheras. Conceder 78 puntos (en la pintura) es ridículo. Tenemos que espabilar. Todo el mundo».