LeBron James y Kyrie Irving se divierten a costa de Toronto

Casi un año después de verse en las Finales del Este, la dinámica entre Cavaliers y Raptors no ha cambiado. El vigente campeón sigue siendo un equipo claramente superior, cuyo único riesgo es la confianza excesiva en sus posibilidades. En el primer partido de la serie, se vieron ambas cosas. Cleveland ganó por 116-105, una diferencia inferior a lo visto en la cancha, pero atenuada por un espíritu a veces más juguetón que competitivo de los Cavs.

Un quinteto impecable


El equipo entrenado por Tyronn Lue hizo los deberes pronto. Su cinco inicial, lanzado por LeBron James (35 puntos y 10 rebotes) y Kyrie Irving (24 puntos y 10 asistencias, récord personal en playoffs) dominó con claridad a los Raptors cuando coincidieron en cancha. Su exquisito movimiento de balón nunca pudo ser detenido por Toronto, encontrando sencillas opciones de tiro que aumentaban con comodidad la ventaja.

En las rotaciones Toronto encontraba sus mejores momentos. Los Cavs no encontraban la consistencia necesaria con jugadores como Deron Williams, Iman Shumpert o Channing Frye en cancha, y los Raptors se iban acercando. Eso sí, siempre dependiendo de las aportaciones de Kyle Lowry (20 puntos y 11 asistencias) y DeMar DeRozan (19 puntos), además de un Serge Ibaka (15 puntos) que fue de más a menos.

Buena química

Pero, más allá del 0-3 inicial, los Cavs siempre dominaron el partido. Tras cualquier buena racha de los Raptors, su quinteto inicial se reunía para romper el partido, particularmente cuando LeBron James y Kyrie Irving coincidían en cancha. Kevin Love (18 puntos y 9 rebotes) y Tristan Thompson (11 puntos y 14 rebotes) ayudaban ante los interiores rivales, y J.R. Smith (6 puntos) se consolidaba como un solvente defensor de DeRozan.

La buena química se notaba en las sonrisas de los jugadores de Cleveland, claramente disfrutando del partido. Los Raptors encontraban buenos momentos desde el banquillo de P.J. Tucker y Norman Powell, pero insuficiente para amenazar seriamente la ventaja de los Cavs.

De sonrisas y cerveza

En un momento del tercer cuarto, tras forzar una falta, LeBron James se encontró con una de las empleadas que sirven en la primera fila, cargando con una botella de cerveza. El alero hizo el ademán de beber de ella, ante la risa del presente J.R. Smith. Una relajación insólita en un partido de segunda ronda de playoffs, pero buen síntoma de la confianza en sus posibilidades con la que los Cavaliers se encuentran. Un contratste radical respecto a su complicado final de temporada regular.

En las manos de Toronto estará borrar esa seguridad de los Cavaliers. Por lo visto en el primer partido, su necesidad de mejora es evidente en todos los aspectos, al menos con los Cavs jugando con toda su artillería en la cancha. Sin actuaciones supremas de Lowry y DeRozan, y sin una defensa más ágil de manos y pies que complique el movimiento de balón de su rival, la eliminatoria no tendrá emoción alguna.

Una expulsión muy cara

La anécdota final la protagonizó el siempre especial carácter de Dahntay Jones. El veterano alero, firmado antes del último partido de temporada regular de los Cavs, fue expulsado tras un mate en el último minuto tras dejar una mirada más intimidatoria de la cuenta al novato Jacob Poeltl. Una decisión que le costará $6.000 de sus escasos $9.000 de salario de esta campaña (solo cuenta por el tiempo que estuvo firmado en temporada regular). Al menos, LeBron James se comprometió a pagar la multa. Barato precio en busca de otro anillo de campeón.


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