LeBron James y los Cavs silencian a los Warriors

Los extraños Playoffs de 2016, donde hemos vivido varios intercambios de palizas en la misma eliminatoria, están encontrando un perfecto reflejo en las Finales. Si en Oakland vimos un dominio a veces insultante de los Warriors, en Cleveland se vio todo lo contrario. Los Cavaliers salieron con el punto de desesperación perfecto para liberar una energía que se había echado de menos en California. Todo encajó. LeBron James volvió a ser el jugador dominador en todas las facetas de los últimos 10 años, Kyrie Irving tuvo magníficos arrebatos de talento, Tristan Thompson dominó en la pintura y J.R. Smith se reencontró con su triple.

En Golden State, por el contrario, Stephen Curry y Klay Thompson volvieron a sufrir un partido excesivamente irregrular, y esta vez no apareció ningún héroe alternativo para compensarlo. Harrison Barnes fue el único jugador que salió con la cabeza alta frente a discretísimas actuaciones de jugadores como Draymond Green o Andrew Bogut. Al final, el resultado acabó siendo redondo (120-90) y terapéutico para unos Cavs que necesitaban recuperar sus mejores sensaciones. Lo hicieron a lo grande.

Un universo alternativo en Cleveland

Los primeros minutos de tercer partido fueron el reverso de todo lo visto en los dos partidos que abrieron la serie. Con el venerable pero hiperactivo Richard Jefferson de titular por Kevin Love, de baja por su conmoción cerebral, los Cavs desplegaron un juego más activo e intenso, empujado por el animoso público de Cleveland. Un rápido parcial de 9-0 obligaba a Steve Kerr a llamar a filas a sus Warriors con un tiempo muerto. La reacción, pero, no llegaba. Un comienzo espantoso de Stephen Curry y Klay Thompson, quienes fallaron sus 7 primeros intentos combinados, no ayudaba a unos superados campeones.

Kyrie Irving renacía tras dos irregulares partidos en Oakland, ayudando a la circulación de balón de sus Cavs y siendo extremadamente efectivo mirando al aro. Dos triples consecutivos del base ponían 20 puntos arriba a Cleveland ante el delirio de sus aficionados antes del final de un primer cuarto que Irving acabaría con 16 puntos, los mismos que Golden State al completo. Para complicarlo más, Stephen Curry se iba al banquillo con dos faltas personales y Klay Thompson visitaba temporalmente el vestuario por un golpe en el muslo izquierdo que no tuvo mayores consecuencias.

Reacción insuficiente

En el segundo cuarto, de nuevo, los suplentes de Golden State intentaban cambiaban la dinámica del partido, forzando un parcial de 0-10 con la inestimable ayuda de Harrison Barnes, el jugador más acertado del vigente campeón. En el lado contrario, una mala racha en el tiro de LeBron James era compensado por la eficaz lucha en la pintura de Tristan Thompson. Por fortuna para los Warriors, Klay Thompson recuperaba temporalmente el pulso con 10 puntos antes del descanso para evitar angustias con demasaida antelación. Tras 24 minutos, la ventaja de los Cavaliers se había reducido a 8 puntos, 51-43.

El panorama volvía a aclararse para los Cavs tras el descanso. Los Warriors seguían atascados e incapaces de imponerse en la zona, permitiendo otra racha de Cleveland, ahora de 7-0, en el arranque del tercer cuarto. Para mayor drama de Golden State, LeBron James se reencontraba con su últimamente irregular lanzamiento en suspensión, incluyendo un nada habitual triple en transición que ponía 22 arriba a los Cavaliers tras poco más de 6 minutos de segunda mitad. Stephen Curry empezaba a mirar el aro con eficiencia, pero el tiempo apremiaba sin que los Cavs aflojaran en ataque. Una gran jugada de LeBron James, robando el balón a Curry y rematando el alley-oop acababa de matar los ánimos de los Warriors, quienes al acabar el tercer cuarto caían de 20 puntos: 89-69

Recuperando al mejor LeBron

Los Warriors no renunciaban aún a la remontada milagrosa, manteniendo durante varios minutos en cancha a sus All-Stars pese a la gran desventaja, pero LeBron James seguía en estado de gracia. La estrella de los Cavaliers, hoy con minutos extra como ala-pívot por la baja de Kevin Love, acabaría con 21 de su 32 puntos en la segunda mitad, manteniendo y aumentando con solvencia una diferencia que acabaría siendo de nuevo escandalosa, pero ahora en contra de los Warriors. La doble personalidad de estos Playoffs en función del equipo que juegue de local sigue siendo llamativa.

Además de los 32 puntos, 11 rebotes y 6 asistencias de LeBron James y los 30 (16 en el primer cuarto) de Kyrie Irving, los Cavs también disfrutaron de excelentes partidos de J.R. Smith (20 puntos, con 5/10 en triples) y Tristan Thompson (14 puntos y 13 rebotes, 7 ofensivos). Por los Warriors, los 19 puntos de Stephen Curry, todos anotados con el partido ya decantado para los Cavs, y los 18 de Harrison Barnes fueron lo más salvable. El viernes, también en Cleveland, cuarto asalto.

Los datos de la jornada

Año de palizas. La gran abundancia de palizas que estamos viendo en estos Playoffs es absolutamente excepcional. La victoria de los Cavs ante Golden State en este Game 3 es la 10ª de lo que llevamos de post-temporada por al menos 30 puntos de diferencia, récord absoluto en la historia de la NBA. Solo en la temporada 1995-96, con 7 partidos decididos por al menos 30 puntos, se llegaron a ver más de 5 en un mismo año.

LeBron de leyenda. La reacción de LeBron James tras dos partidos discretos fue gigantesca. La estrella de los Cavs acabó con 32 puntos (21 en la segunda mitad), 11 rebotes y 6 asistencias, alcanzando un 30-10-5 por séptima vez en un partido de Finales NBA. De esta forma, James iguala al legendario Kareem Abdul-Jabbar como el único jugador que consigue 7 partidos de Finales con al menos 30 puntos, 10 rebotes y 5 asistencias.

El enigma Curry. Pese a acabar el partido como máximo anotador de los Warriors, algo no está funcionando para Stephen Curry. Sea por sus problemas físicos o por la defensa de los Cavs, su efectividad se ha reducido drásticamente en estas Finales. Por primera vez en lo que llevamos de temporada, Curry ha enlazado tres partidos consecutivos sin alcanzar los 20 puntos anotados, promediando 16,0 puntos, con un 43,6% en tiros de campo y un 40% en triples. Números más que respetables para cualquier otro jugador, pero alejados de lo habitual para el MVP de la temporada.


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