LeBron James responde a una pintada racista en su casa de Los Angeles

«Ser negro en Estados Unidos es duro». Esta afirmación, compartida por millones de ciudadanos afroamericanos, salió de la boca de una de las personas más reconocidas del mundo, independientemente de la raza. En un país donde los delitos y crímenes de inspiración racista están creciendo de forma alarmante, LeBron James tampoco es totalmente inmune. En vísperas de disputar sus octavas Finales NBA, el alero de los Cavaliers vio como su atención se desviaba a su pesar.

La policía de Los Angeles está investigando la pintada de un insulto racista en una de las casas del jugador, situada en el barrio de Brentwood. Según una portavoz del departamento, una persona no identificada pintó con spray la palabra «nigger» en la puerta principal. Este incidente no se considera solo un acto de vandalismo, sino también un posible crimen de odio. La palabra utilizada es especialmente ofensiva hacia la población afroamericana, hasta tal punto que los medios estadounidenses censuran su uso, utilizando un eufemístico «N-word» («la palabra que empieza por N») en su lugar.

Un problema real

Ya en Oakland, donde este jueves disputará su primer partido de las Finales contra Golden State, LeBron James no pudo centrarse en el partido en su comparecencia con los medios. Consciente de haber sufrido un problema que va más allá de un incidente puntual, el tres veces campeón NBA y jugador mejor pagado de la liga recordó que el racismo es aún un problema muy serio en Estados Unidos.

«Mientras estoy aquí sentado en la víspera de uno de los eventos deportivos más importantes que tenemos, la raza y lo que ocurre vuelve otra vez», explicó James. «Si esto arroja una luz y sigue prolongando la conversación por mi parte, entonces me parece bien. Mi familia está segura. Eso es lo más importante».

«Pero esto muestra que el racismo siempre será una parte del mundo, una parte de Estados Unidos. Y el odio en Estados Unidos, especialmente hacia afroamericanos, está viviendo cada día», continuó el alero. «Y aunque está oculto durante la mayoría del tiempo, incluso aunque la gente esconda sus caras y diga cosas sobre ti y luego, cuando te ven, sonrían en tu cara, es parte de la vida diaria».

«Tenemos un largo camino por delante»

LeBron James aprovechó para recordar uno de los casos de racismo más brutales de la historia de Estados Unidos. «Y, la verdad, pienso en la madre de Emmett Till. Es una de las primeras cosas en la que pensé, y el motivo por el cual dispuso un ataúd abierto es porque quería enseñar al mundo por lo que había pasado su hijo por un crimen de odio y por ser negro en Estados Unidos». En 1955, Emmett Till fue asaltado, golpeado, torturado y asesinado en un pueblo de Mississippi por hablar con una mujer blanca. Tenía 14 años.

«No importa cuánto dinero tengas, no importa lo famoso que seas, no importa cuánta gente te admira, ser negro en Estados Unidos es duro», cerró LeBron James. «Y tenemos un largo camino por delante para nosotros como sociedad y para nosotros como afroamericanos hasta que nos sintamos iguales en Estados Unidos». Más adelante, también lamentaba no estar con sus hijos para poder hablar de la situación. «Me está matando por dentro», reconoció.

 


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