Entrando en la semana más esperada de la temporada, la del arranque de las Finales, LeBron James se prepara para un reto de primer orden. El tercer enfrentamiento entre Golden State y Cleveland llega en un espléndido momento de forma para ambos equipos, con solo una derrota combinada entre ambos (de los Cavaliers) en playoffs. El MVP de las pasadas Finales es consciente de estar a punto de vivir un duelo con potencial de clásico.
«Mejores» que en 2016
«Sé que ambos equipos están mejores que el año pasado», explicó este domingo LeBron James tras el entrenamiento de su equipo, todavía en Cleveland. «Nosotros somos unos mejores Cavaliers, y ellos son unos Warriors mejores. ¿Qué significa eso? No lo sabemos todavía. Pero ambos somos mejores. Ambos hemos añadido piezas que han ayudado a que nuestro conjunto ofensivo y nuestro conjunto defensivo sea todavía más temible, y obviamente puedes ver eso.»
En 2015, los Cavs jugaron las Finales contra Golden State sin Kevin Love y perdiendo por lesión a Kyrie Irving en el primer partido de la serie. En 2016, los Warriors se quedaron sin Andrew Bogut para los dos últimos duelos, además de tener a un Stephen Curry lejos del 100%. En 2017, los referentes de Golden State y Cleveland estarán al 100%, algo que puede ayudar a crear unas Finales para el recuerdo.
Un clásico para el futuro
«Estamos jugando a un gran nivel», continuó James. «Al final, mirarás hacia atrás en el tiempo y dirás que ahí estuvieron dos grandes equipos que compitieron por campeonatos y que hicieron lo posible para llegar ahí. Así que no sé cuál será el resultado, pero vamos a escribir y a hablar sobre ello durante la serie, y veremos qué es lo que ocurre. Pero estoy honrado, estoy feliz y estoy extremadamente emocionado por ser parte de las Finales de nuevo».
James comparó a los Warriors con otros grandes proyectos a los que se ha enfrentado durante su carrera, como los Spurs de Tim Duncan y Gregg Popovich o los Celtics de Kevin Garnett y Doc Rivers. Las Finales contra Golden State, por tanto, «van a ser muy exigentes no solo para mí mentalmente, sino para nuestro vestuario y para nuestra franquicia».
Ni caso a las apuestas
El poderío del equipo californiano, que han sumado a Kevin Durant a un equipo que se quedó a una victoria de ganar el campeonato en 2016, ha convertido a los Warriors en favoritos, tanto en los pronósticos mediáticos como en el mundo del juego. «De todas formas, solo juego a blackjack en Las Vegas», bromeó James sobre las pocas opciones que les dan las casas de apuestas a sus Cavs, antes de afirmar con confianza que «me siento bien sobre nuestras posibilidades. Muy bien.»
La serie, que arrancará este jueves en Oakland, volverá a tener a los Warriors con factor cancha a favor, al igual que en 2015 (ganó Golden State por 4-2) y 2016 (con victoria de Cleveland por 4-3).
